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La atunera Frime negocia con los bancos un ajuste en unos 50 millones de deuda a corto

Aspira a sindicar y alargar plazos de la financiación a circulante | Descarta una liquidación de “stock” para reducir tensiones de tesorería

Acaba de inaugurar dos plantas productivas

Empleadas de la compañía catalana Frime, en una línea de producción.

Empleadas de la compañía catalana Frime, en una línea de producción. / FDV

Lara Graña

La realidad es meridiana en la industria de productos del mar: prosigue la caída de consumo de pescado, cuesta digerir el incremento de los costes financieros y operativos, el mercado sigue inflacionado y persisten las dificultades en pesquerías clave. Como consecuencia, al menos tres empresas del sector –Fandicosta, Actemsa y Atunlo, como avanzó Faro de Vigo, de Prensa Ibérica– han recurrido a la ley concursal por graves tensiones de tesorería, otras tantas están en riesgo de seguir el mismo camino y se suceden procesos negociadores para capear mejor el temporal o resolver elementos de incertidumbre. La catalana Frime, segunda mayor operadora de España en el segmento de salmón, busca un acuerdo con un pool de bancos para sindicar en torno a 50 millones de euros de circulante, según pudo saber este periódico. “Tener un importe así en bilateral –con distintas entidades en líneas diferentes– es algo mejorable, era una debilidad”, constatan fuentes conocedoras del proceso. Entidades y compañía pretenden cerrar un acuerdo antes de cerrar el año o en el arranque del próximo.

El objetivo es doble: evitar las negociaciones periódicas –y sujetas a evaluación– con la banca y ganar estabilidad en el área financiera. La operación que está sobre la mesa incluye la ampliación del marco temporal del circulante de uno a tres años, con la posibilidad de dos prórrogas (1+1) bajo el cumplimiento de ciertos requisitos económicos. La consultora EY ha sido la elegida por Frime para los trabajos de asesoramiento y la elaboración de un IBR (independent business review). Al igual que buena parte de las operadoras de la industria, la compañía ha realizado importantes inversiones en los últimos años para la mejora de procesos productivos y valorización de la materia prima. Solo la nueva factoría de La Roca del Vallés requirió unos 25 millones de euros. Desde la banca apuntan a este esfuerzo en ganar capacidad industrial como un factor que ha precipitado las negociaciones.

Acuerdos

En todo caso, fuentes del mercado rebajan sustancialmente el color de la alarma respecto a Frime. Apuntan que cerrará el ejercicio con un cash flow operativo (cantidad de efectivo que genera una compañía en un periodo determinado) de 25 millones de euros, de los que 14 se destinarán a amortización de deuda bancaria para “abordar la siguiente fase de crecimiento”. “En ningún caso necesita dinero nuevo, no se va a modificar la estructura financiera a largo plazo”, sostienen. Asimismo, indican que este grupo no ha sufrido una retracción en las ventas de sus productos –atunes en lomos y porciones– como la que sí acusa buena parte de la industria. Lo atribuyen a los acuerdos de largo plazo con las distribuidoras para el canal horeca (restauración) y las cadenas de venta minorista (retail, los supermercados).

Sí se aprecian en sus cuentas anuales un volumen muy elevado de stock –también es significativo en el caso de Atunlo, por ejemplo–, que es un elemento generador de tensiones en la caja. Las mismas fuentes consultadas lo vinculan a una decisión para “asegurarse el suministro”, y lo cifran ahora en el entorno de los 65 millones de euros. En una situación así, es habitual que una compañía se vea obligada a ejecutar una liquidación de materia prima, entendida como una venta con grandes descuentos y en bloque. Esos mismos acuerdos con clientes y la “estabilidad” que reportan, zanjan desde el entorno de las negociaciones, ha evitado tener que optar por esta vía de urgencia o necesidad. “Se rebajará un 50% este año gracias a ventas recurrentes, y esto ha permitido reducir esas tensiones”. Frime cerró el ejercicio fiscal de 2022 con 185 millones facturados y unas 40.000 toneladas comercializadas.

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