Crédito

Los empeños se 'viralizan' como fuente de financiación entre pymes y autónomos

Las entidades de crédito social acumulan 100.000 clientes en cartera y 150 millones en activos

De izquierda a derecha, Fernando Fernández, Ramón Alba e Irene Suárez.

De izquierda a derecha, Fernando Fernández, Ramón Alba e Irene Suárez. / ANDRÉS CRUZ

Néstor Santana

Desde personas en situación de vulnerabilidad hasta autónomos. El público de las entidades de empeño, que conforman la Asociación Española de Montes de Piedad (Presea), ha evolucionado en los últimos 10 años. A pesar de que exista el estigma de que solo se acude a estos establecimientos en momentos de dificultad económica, la realidad es que, por las condiciones que ofrecen y la inmediatez del dinero, se han convertido en una opción alternativa cada vez más popular para solicitar préstamos frente a las fuentes tradicionales, como los bancos. Tanto, que el número de emprendedores sin un gran patrimonio para avalar que utilizan este servicio va in crescendo

Durante la asamblea general extraordinaria de Presea, que tuvo lugar entre ayer y esta mañana en Las Palmas de Gran Canaria, el presidente de la organización, Ramón Alba, aseguró que, si bien se experimentó un bum tras el confinamiento, la actividad es ahora mismo "lineal" y acumula ya una cartera de más de 100.000, así como 150 millones en activos. Explicó que los motivos por lo que se recurre a las entidades de crédito social varía entre satisfacer caprichos puntuales, salir de un apuro y financiar a pequeñas y medianas empresas (pymes) o a trabajadores por cuenta propia.  

Solo el año pasado el sector otorgó en todo el Estado un total de 220.000 préstamos, cuya media de importe osciló entre 690 y 700 euros. Estos se obtienen, según expuso la vicepresidenta, Irene Suárez, simplemente aportando un bien, que funciona como garantía para el establecimiento, que el prestatario pueda acreditar que es suyo. La mayoría son joyas familiares de oro, como anillos, pulseras, o collares; pero también suele recibirse bisutería de alto valor, es decir, piezas únicas; u obras patrimoniales. Todos estos bienes son tasados por especialistas para dictaminar la cuantía del préstamo a la que el usuario puede aspirar, que suele ser un 70% superior al valor de tasación. Si está conforme, firma el contrato y recibe la cantidad ese mismo día. 

"Nuestro producto sigue creciendo poco a poco, entre un 5% o 10% anual. Esto nos hace ver que somos una línea más de crédito. Ya no somos el último recurso", enfatizó Alba. Puso el ejemplo de un joven que empeñó un reloj de oro Rolex para montar su empresa. Una firma que consiguió aumentar su facturación hasta el punto de que a una empresa china le pareció atractiva y decidió comprarla. «Cuando vino a recuperar su reloj nos dio las gracias por nuestra ayuda financiera», relató el presidente de Presea.

A 12 MESES PRORROGABLES

¿Cuál es la duración de estos préstamos? Lo habitual es que sea de 12 meses, pero en caso de que no se haya devuelto al vencer este plazo, se puede prorrogar por un tiempo. Una vez cancelado el préstamo mediante el abono del capital y de los intereses correspondientes, el prestatario recupera sus joyas al instante. Únicamente el 3% de los clientes no acude para recuperar su bisutería, que acaba subastada públicamente vía internet. 

Así, la deuda queda saldada con el importe de la adjudicación correspondiente y cualquier beneficio a mayores queda a disposición del cliente, cuestión que distingue a estos establecimientos del resto de casas de empeño, de ahí que se le llame "crédito social". El fin último es evitar la descapitalización del usuario, de forma que tenga la posibilidad de volver a utilizar el instrumento de montes de piedad si se le presenta la oportunidad. 

Estas entidades se concibieron para combatir la usura, algo que el director general de la Fundación La Caja de Canarias, que integra junto a otras siete organizaciones la asociación, Fernando Fernández, puso en valor ayer. Y es que como no tienen ánimo de lucro, devuelven «todos los beneficios a la sociedad», destacó Fernández. ¿Cómo? En programas de empleo, formación financiera, desarrollo local, educación e investigación, cultura y patrimonio, etc. Los montes de piedad no solo tratan de garantizar un acceso a financiación en condiciones no abusivas, también buscan fomentar el bienestar económico de todos los estratos de la sociedad, asesorando a las personas más vulnerables para evitar que caigan en estafas.

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