Investigación

Los obreros del Camp Nou también denuncian racismo: "Mi jefe me llama 'negro de mierda'"

Un empleado de las obras explica que se refieren a él como "negro de mierda", mientras otro señala que le negaron el acceso a una parte de las instalaciones por su color de piel

Un trabajador que denuncia racismo en las obras de reforma del Camp Nou, el pasado miércoles en Barcelona.

Un trabajador que denuncia racismo en las obras de reforma del Camp Nou, el pasado miércoles en Barcelona.

Elisenda Colell, Gabriel Ubieto

Trabajadores de las empresas subcontratadas en las obras del Camp Nou denuncian insultos racistas y trato discriminatorio por parte de los supervisores de Limak, la compañía a la que el Fútbol Club Barcelona ha encargado la reforma de su estadio. "Nos tratan muy mal, con desprecio. Los jefes son muy racistas". Es la queja de algunos trabajadores del Camp Nou de origen subsahariano que se han puesto en contacto con El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica  después de la "explotación laboral" que denunciaron algunos de sus compañeros. En este reportaje salen bajo pseudónimo.

"No es solo que no nos paguen las horas extras, es que hay mucho racismo", insiste Alex, un empleado que explica que se refieren a él como "negro de mierda". Otro señala que le negaron el acceso a una parte de las instalaciones por su color de piel.

Abogados especializados tildan estas prácticas de "racistas" y animan a denunciarlas formalmente. Pero los trabajadores agachan la cabeza. "Si lo hago me van a despedir, no podré renovar el permiso de trabajo y me quedaré sin papeles", responden los asalariados, que piden especial protección para que no se reconozca su identidad.

Uno de ellos entró a trabajar en las obras de reforma del Camp Nou desde su inicio, el pasado junio, en una de las empresas subcontratadas por Limak, tal como demuestra su contrato. Este empleado, nacido en Senegal, pide anonimato para contar su historia. Hace dos meses que ha dejado de trabajar en el estadio, pero teme que si muestra su cara o su nombre, su antigua empresa tome represalias contra él. "Es que los jefes son muy malos. No nos hablan, nos gritan... son muy racistas", insiste.

A preguntas de El Periódico de Catalunya, Limak afirma ser desconocedor de estos comportamientos, los "condena firmemente" y explica que "iniciará una investigación interna para comprobar la veracidad de las informaciones y, en caso de confirmarse, tomar las medidas adecuadas".

Vetado por el color de piel

Alex, debido al trabajo que realizaba en las obras, debía entrar en una zona restringida a la que no todos los trabajadores tienen acceso. Lo hizo durante sus tres primeros días en el Camp Nou, pero, de repente, un jefe le dijo que ya no podía acceder más a ese lugar. "Los turcos nos dijeron que no querían negros, que los negros huelen mal... que nos fuéramos todos y que solo querían allí a gente blanca", cuenta a El Periódico de Catalunya.

Señala directamente a jefes de Limak, la constructora de las obras del estadio. Desde entonces, su empresa -una de las subcontratas de la obra- contrató a dos personas de piel blanca, originarios de países de Europa del Este, para realizar ese trabajo y acceder a esa zona de las instalaciones. "No pudimos volver allí por nuestro color de piel, eso es racismo", insiste este empleado. "Ese comportamiento es racista", coincide Josep Granados, abogado y asesor de SOS Racisme Catalunya.

Insultos y vejaciones

Assane, obrero que pide anonimato y usa este nombre falso, también dice ser víctima de desprecio por motivo de su color de piel. "La gente de Turquía nos molesta mucho, no nos quieren", asegura este hombre senegalés. "Nos insultan constantemente. En vez de llamarnos por el nombre, o decirnos 'eh, tú, haz esto', nos dan órdenes llamándonos 'negro de mierda'", cuenta el hombre enfadado.

"Nos molestan mucho... Un día, a la hora de plegar, cogieron a todos los que somos negros y nos hicieron salir los últimos, primero fueron los blancos", añade. "Esto no está bien, nos tienen que respetar, aquí todos tendríamos que ser iguales", insiste Assane. "Si no nos quieren aquí, que no nos contraten, pero no nos pueden insultar ni gritar por nuestro color de piel", se queja.

"Hasta la fecha, la compañía no ha tenido constancia de ningún caso de discriminación por razón de etnia o raza por parte de trabajadores de Limak o de las empresas subcontratadas", afirman desde la corporación turca.

"Estamos hablando de un trato vejatorio, humillante y denigrante, a través de la recepción de un insulto claramente racista", insiste Granados. "Cualquier diferenciación a la que se someta a una persona, fundamentada en su color de piel y que le perjudique, desacredite, injurie o coloque en una situación de desventaja es un acto de racismo que debe condenarse sin reservas", añade el abogado.

"Son claramente casos de discriminación racial. Según su relato, la única diferencia de trato se explica por su color de piel", coincide Karlos Castilla, doctor en derecho y abogado especialista en derechos humanos y migraciones. "No estamos hablando de que no estén capacitados para hacer este trabajo, ni que no tengan la formación requerida, es que reciben un trato distinto al de sus compañeros de piel blanca que hacen exactamente lo mismo", insiste.

Desde Limak insisten en que son signatarios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, "que exige una tolerancia cero hacia cualquier forma de discriminación, incluida la discriminación étnica".

Interponer una denuncia

"Resulta imprescindible que los afectados den a conocer estos casos para que como sociedad reaccionemos y trabajemos para que dejen de formar parte del día a día", agradece Granados. Castilla señala que, ante estas situaciones, los afectados pueden denunciar a través de varias vías. Recomienda tener pruebas documentales, como gravaciones, o contar con muchos testigos que hayan presenciado estos actos discriminatorios. Se puede denunciar acudiendo al Servei d'Atenció i Denúncia (SAiD), gratuito, de la oenegé SOS Racismo.

Otra vía es la Oficina para la No Discriminación del Ayuntamiento de Barcelona, o la Oficina de Igualtat de Tracte de la Generalitat. La ley catalana por la igualdad de trato permite sancionar este tipo de casos de forma administrativa. También se puede explicar a Inspecció de Treball. Granados pide a las administraciones que no "bana

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