Firma estratégica

Telefónica ha obtenido 23 contratos de Defensa e Interior desde que se conoce el plan saudí de compra

Las adjudicaciones de la Seguridad del Estado para la compañía suman 44,7 millones desde septiembre

Videoconferencia con el jefe de la misión en el Líbano desde el Mando de Operaciones de las Fuerzas Armadas el pasado 21 de noviembre.

Videoconferencia con el jefe de la misión en el Líbano desde el Mando de Operaciones de las Fuerzas Armadas el pasado 21 de noviembre.

Juan José Fernández

La última gran adjudicación militar del Estado a Telefónica se hizo pública el pasado día 15: 3,6 millones de euros en suministros y soporte para digitalizar la plataforma de Armonización de la Organización ARGO de Defensa. Fue 20 días después de que también se cerrara la adquisición de software para la Casa Real por una cantidad diez veces menor. Son dos de los numerosos procesos y planes de comunicaciones, mando y seguridad informática en los que la empresa española está implicada con las Fuerzas Armadas y con puntos sensibles del Estado, y que ayudan a explicar el renovado interés del Gobierno sobre la firma.

Desde que, en septiembre pasado, trascendió la entrada de capital saudí en Telefónica, Defensa ha adjudicado 16 contratas de variado volumen e importancia estratégica a la empresa a cuyo capital quiere volver el Gobierno. Además de esas adjudicaciones, organismos de Interior, como la Policía y la Guardia Civil, y entes clave de seguridad como el INCIBE, han concedido otros siete contratos a la compañía en el mismo periodo.

El total de estas 23 adjudicaciones representan 44,7 millones de euros. La mayoría de ellas concluían procesos de contratación que estaban abiertos antes de que se supiera del abordaje saudí. Entre esas adjudicaciones hay algunas significativas (y millonarias) derivadas del amplio encargo de implementar las comunicaciones de los militares desplegados en el exterior con sus mandos en España.

Procesos clave

El pasado 30 de noviembre la Armada pasaba un punto histórico de inflexión al recibir el submarino S-81 Isaac Peral, el primer sumergible de guerra íntegramente diseñado y fabricado por España. Se habló entonces de sus torpedos, de su capacidad de inmersión en largos periodos… y no tanto del blindaje de su sistema informático. En el sistema de ciberseguridad de la nave trabaja Telefónica con el astillero Navantia, y no solo para el submarino, también para las fragatas F110.

La dotación del submarino S81 estrena el buque el pasado 30 de noviembre. Telefónica trabaja en la ciberseguridad de esta serie de sumergibles.

La dotación del submarino S81 estrena el buque el pasado 30 de noviembre. Telefónica trabaja en la ciberseguridad de esta serie de sumergibles. / EP

Telefónica es una de las principales contratistas de Defensa. Domina procesos centrales de la digitalización, la encriptación o el manejo de medios, máquinas y armas. En torno a esto último, armas sin un operario humano apretando el gatillo, gobernadas con tecnología 5G e internet de las cosas, Telefónica ya había tomado posiciones firmando un acuerdo en mayo pasado con Airbus, que se hizo público durante la Feria de la Industria de Defensa FEINDEF. Es un pacto que afecta no solo a la información que recibirán los soldados a pie, también las instrucciones encriptadas de los cazas, drones, buques y vehículos en tierra en las llamadas “nubes tácticas”, la nueva forma de ataque y defensa que se hace poco a poco presente en los campos de batalla de las 35 guerras que están en curso.

El mismo 12 de septiembre, al tiempo que tomaba temperatura la noticia de la pretensión saudí sobre Telefónica, se hacía oficial en los boletines el encargo estatal a la compañía de una nueva fase de implantación del Nodo de Interconexión de la I3D, o sea, la Infraestructura Integral de Información de la Defensa, llamada a integrar un nuevo sistema nervioso de los ejércitos.

Telefónica venía de recibir, el 8 de junio y por 38,7 millones, la contrata de infraestructura y equipos para la red militar de telecomunicaciones vía satélite. Durante los próximos seis años estarán trabajando ingenieros de la empresa y de Defensa en su construcción. El objetivo: “Proporcionar comunicaciones satélite de carácter crítico en apoyo a las operaciones de las Fuerzas Armadas en el exterior”, dice el contrato. Desde 2019, las fuerzas desplegadas ya hablan con España a través de sistemas de esta compañía y de Hisdesat.

En este campo, el 28 de noviembre se le compraban a Telefónica equipos por 3,2 millones de euros, material para acceso al Medio SCPC, de interconexión militar de puntos geográficos por satélite.

El verano que ha precedido al descubrimiento del plan saudí sobre la compañía había sido significativo para su ala de interés militar. En agosto quedó resuelto el expediente para dotar a la Armada de una infraestructura 5G privada para comunicaciones de buques entre sí y con tierra. Se tramitó con urgencia, por 5,2 millones de euros y nuevamente la contratista es Telefónica.

A finales del mismo mes, una unión temporal de empresas en la que está Telefónica recibió el encargo, por 27,9 millones y con tramitación otra vez urgente, de crear el Centro de Desarrollo, Adiestramiento y Pruebas para Operaciones Militares en Ciberdefensa con tecnologia 5G.

Ciberguerra

El peso de la compañía que preside José María Álvarez-Pallete es creciente en unas fuerzas armadas que ya tunean para su ciberblindaje el sistema de intervención y control de incidentes informáticos PICO, también de Telefónica. El que los militares llaman “quinto dominio”, el ciberespacio, es un campo de batalla en el que la compañía pone buena parte del arsenal español.

No solo dependen de ella los partes de los soldados desplegados en el Líbano, Turquía o Costa de Marfil, también los mensajes de los cazas que patrullan en España o en misiones de policía aérea en el Báltico o el Mar Negro. En septiembre de 2021 empezó a operar el SC2N, el sistema de mando y control del Ejército del Aire y del Espacio. Ingenieros de Telefónica conectan el Mando Aéreo de Combate con sus unidades, pero también con otras de Tierra y la Armada a través de una neurona central de Defensa: el MOA, o Mando Operativo Aerospacial.

La última adjudicación en este campo llegó el 24 de octubre: 387.000 euros para equipamientos de la Red Gestionable de este sistema. Posteriormente, el 3 de octubre, se publicó otra adjudicación similar por valor de 680.000 euros.

Por todos los rincones

Telefónica no está solo en los grandes programas, también en todo tipo de pequeños rincones de la Defensa española, la que continuará en 2024 asumiendo el aumento de inversión militar hasta el 2% del PIB prometido a la OTAN. Desde el pasado 15 de diciembre tiene renovado el suministro de una nube para el Campus Virtual de las academias militares y el Ceseden (70.000 euros); y tres meses antes obtenía la adjudicación para desarrollar un simulador para adiestramiento de puestos de mando “con tecnologías de realidad extendida”, especifica el contrato, de 404.900 euros; y el 21 de septiembre, por 3,8 millones, la filial Telefónica Ingeniería de Seguridad vendía un sistema de cámaras de vigilancia a Navantia, la empresa que construye los nuevos submarinos y fragatas de la Armada...

Algunos detalles de esta presencia capilar de Telefónica en la Defensa se desprenden de contratos marco. Los equipos para comunicar vía satélite desde teatros de operaciones, por ejemplo: dos millones de euros ha adjudicado la Dirección General de Infraestructuras de Defensa para adquirirlos el pasado 7 de diciembre.

Esa presencia en encargos grandes y pequeños y líneas de suministro abarca todo el ámbito de la seguridad, no solo de Defensa, también de Interior. El 20 de septiembre, por ejemplo, vendía la división de ingeniería de seguridad de Telefónica 2.800 DGU (Dispositivos de Grabación Unipersonal), o microcámaras, por 1,6 millones de euros a las unidades de investigación de la Policía Nacional, y el 1 de diciembre renovó la Guardia Civil licencias de software de Microsoft a través de Telefónica por valor de 96.960 euros.

El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) es uno de los más recientes contratadores de Interior: ha pedido a Telefónica el 31 de octubre, por 108.922 euros, una ampliación de su infraestructura de comunicaciones.

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