Portugal ya reconoce que el AVE a Galicia no estará hasta 2032

No habrá un tren de Alta Velocidad que conecta Vigo y Oporto durante la celebración del Mundial de fútbol de 2030. La necesaria modernización del ferrocarril entre Galicia y el norte de Portugal no estará lista para esta cita pese a ser uno de los puntales de la candidatura ibérica.

Infraestruturas de Portugal acaba de reconocer por primera vez el retraso de dos años para la puesta en servicio de los 68 kilómetros entre Braga y Valença, pieza angular del trazado que deberá reducir de 144 minutos a poco más de 60 el tiempo de viaje entre ambas urbes.

En una presentación ante la entidad empresarial PROFORUM el pasado miércoles en Lisboa, el gestor ferroviario actualizaba su calendario para las nuevas líneas que pretende construir durante esta década: Oporto-Carregado al norte de Lisboa, Braga-Galicia y Lisboa-Badajoz.

En el caso de la línea del norte del país, la reciente adjudicación por 22 meses de los estudios informativos y medioambientales situaría en 2027 el concurso para la construcción y mantenimiento del trazado. De esta manera, las obras no arrancarían hasta el año siguiente y no estarían finalizadas para los servicios comerciales hasta, al menos, el 2032.

Esta hipótesis contrasta con los plazos repetidos constantemente por el Gobierno de Antonio Costa, llegando el entonces ministro de Infraestruturas y actual líder del Partido Socialista Pedro Nuno Santos a instar a España a “dar corda aos sapatos” en la carrera de la Alta Velocidad hacia la frontera hace ahora dos años.

Y es que a pesar del arreón administrativo del ejecutivo en funciones a comienzos de este año y la laxitud de su legislación –mucho más agil que la española– los plazos de construcción solo se han ido aplazando. A ello se suma la nula experiencia del país vecino en la materia, ya que los primeros 70 kilómetros de Alta Velocidad entre Évora y Elvas –en la frontera con Extremadura– siguen acumulando retrasos y no estarán listos hasta 2025.

Sobrecoste acumulado del 40%

“No tengo una cifra rigurosa, pero la inversión global entre Lisboa y Valença, si incluimos la segunda fase de la conexión Oporto-Valença debe de andar por los 7.000 u 8.000 millones de euros”, apuntó el secretario de Estado de Infraestructuras de Portugal, Frederico Francisco, en una entrevista con la agencia Lusa en enero.

Al estimar en unos 2.000 millones de euros el presupuesto necesario para cada una de las cuatro primeras fases (Oporto-Aveiro, Aveiro-Coímbra, Coímbra-Carregado y Braga-Valença) reconoce un sobrecoste de más del 40% frente a los 5.700 millones anunciados inicialmente.

A esa cifra aún habrá que sumar la conexión con el Aeropuerto de Francisco Sá Carneiro, prevista para una fase posterior al 2030 y cuya integración entre Oporto y Braga estaba presupuestada en 800 millones de euros hace dos años. En cualquier caso, el futuro ejecutivo del país vecino y la llegada de fondos europeos marcarán los avances de una infraestructura que la Comisión Europea exige para antes del 2040, pero que llegará con décadas de retraso.

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