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muchas alcaldías vuelven a depender de diferencias ajustadas entre izquierdas y derechas

Arranca la pelea por las locales

Los partidos afilan armas para el 26-M con los resultados de las elecciones autonómicas, su mejor encuesta, en la mano

Arranca la pelea por las locales

No hay cuartel. Apenas ha pasado la histórica cita con las dobles urnas autonómicas y generales del 28-A y ya ha sonado con fuerza el pistoletazo definitivo en la carrera, que tendrá mucho de pelea cuerpo a cuerpo, por las municipales en la provincia de Castellón y, esta vez sí, en toda España, junto a unas olvidadas elecciones europeas.

El 26 de mayo (26-M), para el que se han conocido las candidaturas en plena vorágine de otras campañas, vuelve a ser un proceso inédito, nunca visto. Son unos comicios locales sin papeletas autonómicas en la mesa de al lado por primera vez, y tampoco antes se había elegido a concejales y alcaldes a menos de un mes de un proceso electoral tan intenso como el del pasado domingo.

¿se repetirá la movilización? // Entre las incógnitas que se plantean de forma clara y que preocupan no poco a las formaciones políticas está la de la participación, con el temor de que difícilmente se produzca una movilización como la que acaba de llevar al president Ximo Puig hacia la reedición del Pacte del Botànic, y las consecuencias que eso pueda tener en los resultados.

Es improbable que vuelvan a producirse las colas de electores de hace apenas dos días, de modo que el bloque de las izquierdas --beneficiado una vez más por el aumento de votos-- es el más preocupado, teniendo en cuenta que, además, en este terreno de juego no servirá, como lo hizo el domingo, el discurso del miedo a la ultraderecha de Vox.

el sondeo ‘real’ // En todo caso, los partidos afilan sus armas y se ponen en marcha para tratar de arañar esa mínima diferencia que permitirá a un bloque u otro hacerse con las alcaldías de las principales poblaciones castellonenses, desde la capital hasta Vinaròs, pasando por Burriana, Almassora, la Vall d’Uixó o l’Alcora. Y lo hacen cuando quedan días para que el 10 de mayo arranque la campaña oficial con los resultados de las autonómicas en la mano, ya que son el mejor sondeo para atisbar por donde soplará el viento en los municipios.

De hecho, el voto del 28-A ha sido muy distinto en función del territorio y el elector ha distinguido con exquisita claridad. Un ejemplo es el caso de Betxí, donde Compromís fue la fuerza más votada en las autonómicas y la sexta en las generales. Otro es Vila-real, donde el socialista José Benlloch obtuvo mayoría absoluta en las locales del 2015, mientras que ocupó el tercer puesto en los comicios para el Congreso de los Diputados del 2016.

Los escenarios que se dibujan en los pueblos para establecer el equilibrio de fuerzas en Les Corts se parecerán, probablemente, a los que surjan del 26-M.

Por lo tanto, cabe pensar que se intentará la reedición de los pactos de izquierda vigentes desde hace cuatro años en los núcleos clave castellonenses, con la expectativa de que no hay nada asegurado, ya que la caída prevista de los apoyos a los populares viene enganchada de la posible irrupción de Vox, al igual que en València y Madrid, y una supuesta subida de Ciudadanos, con lo que la victoria, si la hay, del bloque PSPV, Compromís y Podemos junto a sus confluencias, tampoco tiene visos de ser holgada.

el tirón de las personas // Entre los muchos factores que entran en la lid y que son privativos de unos comicios municipales como los de mayo se encuentra el hecho de que, al contrario que en las generales, la marca pesaría menos que las personas, que los candidatos que los vecinos conocen mucho mejor que al Pedro Sánchez, Albert Rivera o Pablo Casado de turno. El tirón o el rechazo que suscitan los nombres es más importante, por lo que las formaciones que viven más de su enseña nacional, sobre todo Ciudadanos, pero también Vox, podrían tener más dificultades.

las ventajas del ppcs // Pese al desplome del PP en autonómicas y generales, otro elemento a tener en cuenta es que los populares que preside Miguel Barrachina en la provincia de Castellón cuentan con algunas ventajas en las elecciones municipales frente a otras. Su amplía y veterana estructura le ha llevado ha presentar candidaturas en las 135 poblaciones castellonenses, mientras que los que se han convertido en sus principales competidores, las otras derechas, apenas estarán presentes en doce lugares en el caso de Vox; y Ciudadanos, forzando mucho la máquina, ha logrado plantear 42 listas, cuya solvencia está todavía por ver.

el avispero de la capital // Castelló, cuyo gobierno local es espejo del Botànic de Puig, presenta unos resultados autonómicos casi idénticos, punto arriba, literalmente, para el bloque del tripartito formado por PSPV, Compromís y Podem. A las locales del día 26, la formación morada concurre con Castelló en Moviment (CSeM), la que fue su confluencia en el 2015 y que se le ha revuelto y mucho, durante las negociaciones, que han sido trabajosas, con CSeM y con EU, y no pocas veces feas, durante demasiados meses. Falta comprobar cómo influye el dato en la ecuación final.

Otro asunto nada baladí es la gravísima crisis que vive Ciudadanos con el eje en la capital, una división interna forzada en la elaboración de listas y que está ya en los tribunales en el caso de Burriana y camina en la misma dirección en Castelló en contra de la diputada electa y coordinadora provincial, Sandra Julià, que habría impuesto a Alejandro Marin-Buck como alcaldable en contra del que fue el aspirante oficial, Jesús Merino. La campaña parece servida más a cara de perro incluso que en la cita pasada y las incógnitas persisten, con márgenes estrechos.

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