Cuando en septiembre se hizo público que José Zaragoza, anterior secretario de organización del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), iría en la lista de Carme Chacón para las elecciones del 20-N, ante la cara de sorpresa de algunos, la respuesta era clara: "Pepe va a la batalla de Madrid". Y está en ello, cuidando como él sabe de la que un día se autoproclamó "la niña de Felipe".

La candidatura de Rubalcaba empezó fuerte con dos argumentos de ataque claros contra Chacón. Uno: es del PSC/catalana. Por si no lo sabían ustedes. Y dos: es de la escuela ZP, es decir, que va tan sobrada de verborrea como falta de ideas y de proyecto real. También por si no les había quedado claro.

Para contrarrestar los ataques del compañero adversario, Chacón cuenta muy especialmente con la ayuda de Zaragoza. "Coordina y moviliza tropa estratégicamente", admiten desde la sede del PSC. Fíjense que Chacón comparece en la mayoría de actos bien rodeada de gente, en general jóvenes. De hecho, Zaragoza también es experto en puestas en escena que sumen a su candidato. Se está notando. Rubalcaba lo intenta, y no es lo mismo.

Pero, ¿y el supuesto vacío de contenido? ¿Cómo contrarrestarlo? Con el trabajo del discurso. Para ello, Chacón cuenta con la inestimable ayuda de su marido, Miguel Barroso, exsecretario de Estado de Comunicación en los dos primeros años de ZP en la Moncloa. Él y María Teresa Fernández de la Vega (que apoya a Chacón) eran los grandes antagonistas de Rubalcaba en el complejo monclovita. De él son frases como la que hemos escuchado esta semana a Chacón: "Nosotros no queremos contar militantes, queremos que los militantes cuenten". Y en el contenido también ayuda el exministro Francisco Caamaño. "Si hay un federalista en el PSOE, ese es Caamaño", destaca un chaconista.

Para vender este pack a la prensa, la candidata cuenta con un antiguo miembro de su equipo en el Ministerio de Vivienda y en el de Defensa, Germán Rodríguez. "No nos engañemos, un relaciones públicas no es", admiten desde el PSC. Él, que también según sus compañeros batalló con ahínco para ir en la lista al Congreso, será diputado cuando lo deje Dani Fernández, y se dedica ahora al frente de Madrid. Ayuda a Chacón a lidiar duro con una prensa, en general, poco amiga; aunque su trabajo también ha podido crear algún que otro anticuerpo en los medios teóricamente afines. Tendrá que ser mínimo, en todo caso. El oficio de Zaragoza ayuda, pero los ataques irán a más y todo mimo les sabrá a poco.