El acto que ayer tuvo lugar en la Meridiana de Barcelona, a unos 500 metros del Hipercor, jamás debería haberse celebrado. Ni ese ni ninguno que recordara a las víctimas de ETA. Porque ETA nunca debería haber cometido una barbarie como la que perpetró hace ahora 25 años. Porque la gente, como hizo ayer por la tarde en el barrio de la Sagrera, tendría que haber podido salir tranquilamente a la calle a pasear, a tomarse un refresco, a comprar... sin que cupiera la más mínima posibilidad de que a alguien se le ocurriera poner un coche bomba.

Tampoco tendría que haber existido un monumento a las víctimas del terrorismo como el que ayer acogió una ceremonia en recuerdo de aquellos 21 ciudadanos que perdieron la vida y los otros 45 que resultaron heridos. Nunca tendría que haber habido víctimas. Pero las hubo. Y su "resistencia cívica" ante el terror, como destacó el lendakari Patxi López, se ha acabado convirtiendo en una pieza clave para que la banda toque a su fin.

DENUNCIA DEL OSTRACISMO Aún son muchos los afectados que siguen denunciando el ostracismo al que han sido sometidos durante años. El monolito junto al que ayer se congregaron unas 300 personas, por ejemplo, se erigió hace solo un lustro, y en aquella ceremonia coincidieron por primera vez los ejecutivos central y catalán y todos los partidos políticos.

Actualmente, la unidad frente a la banda terrorista ETA es más fuerte. Como mayor es el reconocimiento a las víctimas. Ellas han demostrado su "superioridad moral" frente a los terroristas, subrayó el lendakari López, quien reivindicó que este colectivo se ha convertido en "un referente" porque evitó caer en el "ojo por ojo", lo que, si cabe, todavía ha dejado más en evidencia a los violentos. Su confianza en el Estado de derecho, pese a que este les haya defraudado en más de una ocasión, marcó a los partidos el camino a seguir.

CLAVELES BLANCOS López, que antes de su discurso se fundió en un emotivo abrazo con varios miembros de la Asociació Catalana de Víctimas d'Organitzacions Terroristes (ACVOT), fue el más aplaudido por los asistentes, muchos de los cuales portaban un clavel blanco en señal de recuerdo. Recuerdo, una palabra que no dejó de repetirse durante todo el acto. Casi tanto como "olvido". "Porque si nadie recuerda el atentado de Hipercor, es como si no hubiera sucedido", subrayó el lendakari. Porque "nadie debe olvidar que ETA mató sin contemplación, que ETA es eso", advirtió el presidente de la ACVOT, José Vargas, que aprovechó su intervención para lanzar un mensaje al Gobierno central: "Nosotros hemos canalizado nuestro sentimiento de venganza, pero si la justicia se en convierte en una moneda, se habrán acabado los argumentosO. Fue un llamamiento a que ninguna acción terrorista quede impune ñni prescriba jamás".

QUIENES AMPARARON A ETA Al jefe del Ejecutivo vasco, que no duda en defender intentos de reconciliación como los encuentros entre víctimas y presos de ETA, tampoco le tembló la voz al exigir "justicia" y poner bajo sospecha a ciertos sectores de la izquierda aberzale. Primero reclamó que no se siga el juego a "aquellos que durante tanto tiempo dieron cobertura y amparo a ETA para que se transformen en pacifistas y busquen en el olvido la solución". Después mostró su rechazo a "las salidas colectivas" de los reclusos.

SIN CONCESIONES Por la mañana, en un acto en el que condecoró a víctimas de Hipercor con 17 Grandes Cruces de la Real Orden de Reconocimiento a título póstumo, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también remarcó que no está dispuesto a hacer concesiones a los terroristas. Su plan de reinserción de presos no ha gustado al ala más dura de las víctimas porque considera que se está aflojando la mano. Sin embargo, el dirigente conservador defiende que el Gobierno no ha bajado la guardia. En ningún, caso, insistió, el Ejecutivo negociará con ETA, a la que exigió su "disolución incondicional".