La Comisión de Salud Pública, que reúne a técnicos de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad, ha aprobado esta mañana la vacunación contra el covid para niños de entre 5 a 11 años, el segmento de población que todavía no está inmunizado en España y en el que la incidencia está disparada: 390 casos por 100.000 habitantes, frente a los 234 de la media general.

Una vez aprobada, la campaña -que no será obligatoria- no comenzará antes de la segunda quincena de diciembre, fecha en la que las vacunas estarán disponibles. España recibirá a partir del 13 de diciembre una remesa de 3,3 millones de dosis de la vacuna pediátrica de Pfizer (1,3 millones en diciembre y 2 millones en enero). A partir de ahí, comenzará una complicada operación logística para que las dosis lleguen a todas las comunidades. Serán las autoridades autonómicas las que decidan cómo, cuándo y dónde se vacuna a los niños, que no recibirán la misma dosis que los mayores de 12 años y los adultos sino una tercera parte (10 microgramos en lugar de 30). Una opción podrían ser los ambulatorios de atención primaria (algo que no se ha hecho con el resto de la población) y otra, los hospitales y los centros habilitados específicamente para la vacuna del covid, ahora mismo inmersos en las terceras dosis (o segundas en el caso de haber recibido la monodosis de Janssen). También las comunidades deberán decidir si la vacunación comienza por los más vulnerables (enfermos de cáncer, por ejemplo) o por tramos de edad.

No hay ningún perfil infantil para el que esté contraindicada la vacuna, especialmente recomendada para los que sufren alguna enfermedad, como cáncer. Los padres y madres de niños con alergias alimentarias deben estar tranquilos, no hay contraindicación. A finales de noviembre, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dio el visto bueno para administrar el suero desarrollado por BioNTech y Pfizer a menores de 12 años, algo que ya lleva tiempo sucediendo en EEUU y Canadá. Francia también ha recomendado las inyecciones para los niños y las niñas. Dadas las consecuencias leves que suele tener la enfermedad en los más pequeños (el 50% son asintomáticos), la inmunización infantil en España no es urgente pero sí importante. Y lo es por varios motivos, según explican los pediatras: su derecho a su protección individual, avanzar en la inmunidad de grupo, disminuir la circulación del virus y la aparición de nuevas variantes.

Contagios disparados

Respecto a las dudas que mantienen muchos padres y madres, la comunidad científica recuerda que los sueros son seguros y eficaces tras ser analizados en los rigurosos ensayos clínicos, donde no se ha constatado efectos adversos importantes a corto y medio plazo. “Los contagios se han disparado entre los menores, que son los protagonistas de la sexta ola y hay brotes importantes en las escuelas. Sigue sin ser urgente vacunar a los niños, pero es necesario si queremos contener el aumento de la transmisión comunitaria. Hay que actuar ahora”, explica el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat.

Desde el inicio de la pandemia, en España se han registrado 6.000 hospitalizaciones de niños, con 300 ingresos en ucis y 37 fallecimientos (la mitad de ellos, menores de 10 años). Son cifras similares a otras enfermedades. A nivel individual, un padre que decida no vacunar a su hijo se enfrenta a un riesgo bajo. Otra cosa es a nivel colectivo. El doctor Toni Soriano, de la unidad de enfermedades infecciosas e inmunodeficiencias pediátricas de Vall d’Hebron, recuerda que a pesar de que la enfermedad no afecta especialmente a los más pequeños, el riesgo cero no existe. “Es muy raro, pero el paciente puede sufrir un cuadro inflamatorio multisistémico”, explica. Otro aspecto que también debería preocuparnos es el covid persistente (menos frecuente que en adultos).

Respecto a los posibles efectos secundarios, estos no pasarían de la inflamación y el enrojecimiento en la zona del pinchazo. El doctor Piñeiro añade que en niños mayores de 12 años han aparecido casos de miocarditis, un efecto secundario no detectado en los ensayos. “La frecuencia de esta complicación ha sido de 1-5 casos por cada 100.000 vacunados. Aun considerando esto, el balance beneficio/riesgo es netamente favorable en los adolescentes porque la miocarditis es más frecuente y grave tras la infección por covid que tras la inmunización”, concluye tras recordar que, con las vacunas, el riesgo cero tampoco existe.