Inmigración ilegal

El Gobierno frenará en los consulados a falsos viajeros africanos para evitar el colapso en Barajas

Las aerolíneas deben realizar el primer control de documentación en el punto de embarque: si llega al aeropuerto en España un viajero sin la documentación en regla, la aerolínea tiene que sufragar el viaje de vuelta, si no hacer frente a otras sanciones

Literas en una sala vieja (izquierda) y en la última habilitada para solicitantes de asilo en el aeropuerto de Barajas.

Literas en una sala vieja (izquierda) y en la última habilitada para solicitantes de asilo en el aeropuerto de Barajas. / EL PERIÓDICO (FOTOS CEDIDAS)

Juan José Fernández

Por 740 euros, un popular buscador de viajes ofrece un vuelo a Sao Paulo con salida del aeropuerto Mohamed V de Casablanca (Marruecos) el 1 de febrero y escalas en Málaga, Madrid y Lisboa, con billetes de Air Arabia, Air Europa y la TAP portuguesa; y por 810 euros, Royal Air Maroc se combina con otras aerolíneas desde Agadir hasta Sao Paulo con la misma escala de doce horas en Barajas. Pese a la crisis de las salas de asilo del aeropuerto madrileño, no han variado la oferta ni los precios de estas combinaciones, las más usadas por migrantes subsaharianos que aparentan querer viajar a Sudamérica y solicitan protección al pisar España, pero el Gobierno se dispone a intentar convertir en minoritaria esta vía de entrada.

La exigencia desde hace diez días del visado de tránsito a viajeros procedentes de Kenia “es solo la primera”, aseguran fuentes gubernamentales. El 19 de febrero entrará en vigor para los senegaleses la misma exigencia de permiso previo para hacer escala en España. Se considera extender la medida también a viajeros de Mali, indican las fuentes mencionadas.

  • La limitación se va implementando mientras se preparan visitas del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a “los países emisores, Marruecos, Mauritania y Senegal”, ha anunciado este martes el titular de política territorial, el canario Ángel Víctor Torres, al concluir la reunión en la que ha quedado constituida una comisión interministerial de inmigración.Actuar en origenLas aerolíneas que operan en África Occidental están advertidas. Deben realizar el primer control de documentación en el punto de embarque: si llega al aeropuerto en España un viajero sin la documentación en regla, la aerolínea tiene que sufragar el viaje de vuelta, si no hacer frente a otras sanciones.{"zeta-moreinfo":{"id":97537977,"title":"Sin duchas, compresas o camas: el Defensor del Pueblo se\u00f1ala posible \"trato degradante\" a los solicitantes de asilo","type":"article"}}A partir del escándalo del amontonamiento y la falta de higiene en Barajas -cuyo primer denunciante público fue el sindicato policial SUP-, el Ejecutivo va adoptando la misma política que sigue Interior en las crisis de los cayucos: intentar parar la afluencia en el punto de origen.A mediados de enero empezó a aceptarse la sugerencia emanada de Interior. En el Ejecutivo se ha valorado incluso la posibilidad de un futuro viaje del presidente Sánchez a Senegal, si bien no han trascendido avances en esa idea.TensiónFuentes cercanas al control de la inmigración en Barajas admiten que hay roces, principalmente entre directivos de Inclusión e Interior, desde agosto pasado, según iba engordando el problema. Son episodios de tensión que niegan las fuentes gubernamentales.En agosto se disparó de repente la afluencia de somalís procedentes de Kenia. Llegaban con una combinación de vuelos con destino final en Brasil, pero, al hacer tránsito en Barajas, se deshacían de sus papeles. Cuando veían al primer agente de la Policía Nacional, pedían protección internacional. La ley obliga a tramitar esa petición incluso aunque el peticionario no pronuncie la palabra “asilo”.No solo fue entre Interior e Inclusión. La tensión fue creciendo entre todos los operadores implicados cuando las 43 plazas de la llamada “sala de asilos” de la Terminal 1 de Barajas quedaron ocupadas, y cuando se abrió otra sala preparada en el edificio satélite de la T4 y se completaron de sobra sus 34 literas, y también al llenarse una tercera sala para 50 personas en la T2.La Policía desplegada en Barajas iba comunicando “repuntes” semana tras semana hasta que la situación empezó a hacerse insostenible en octubre, cuando a la oleada de somalís procedentes de Kenia le sucedió la actual, de senegaleses con despegue en Marruecos. El fenómeno crecía cuando, el 21 de noviembre, se produjo el impass del relevo ministerial: se fue José Luis Escrivá y Elma Saiz cogió la cartera de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones. Hace siete días, cuando Cruz Roja hacía el gesto sin precedentes de sacar a su personal de las salas de asilo de Barajas, ya había 450 personas en espacios con capacidad para 127.Las salas son propiedad de Aena, el operador estatal de aeropuertos… pero el servicio de limpieza correspondía a una contrata externalizada por Cruz Roja. El 16 de enero, con chinches y suciedad acumulada por una afluencia ingestionable de personas, a la empresa de limpieza se le comunicó que no se requerían sus servicios en Barajas: la Policía ha ampliado de momento su contrato de limpieza de la comisaría del aeropuerto a las salas de asilo que custodia.Cruz Roja no ha dejado de trabajar con los migrantes que llegan a Barajas y piden asilo. Les aportan material de higiene, sábanas, conversación, información... Fuentes de la entidad creen que la próxima semana la Cruz Roja podría volver a las salas de asilo “si se vuelven a dar las condiciones que hagan posible el trabajo”. Una porción de los 12 expertos en atención psicosocial al migrante que despliega la oenegé cayeron de baja por el estrés de la situación.Los contactos entre Cruz Roja e Inclusión, el ministerio que la contrata, e Interior no se han interrumpido, indican las mismas fuentes.Puerta de entradaEl hacinamiento revelado en Barajas ha puesto de relieve de nuevo el viejo aserto policial: la principal vía de entrada de la inmigración irregular en España no son los cayucos ni las pateras sino los aeropuertos. Por más que las cifras de la actual crisis migratoria que rompe en Canarias sean altas (más de 55.000 arribados), expertos policiales calculan que actualmente son más de 100.000 al año los inmigrantes llegados por vía aérea.“Entran con la documentación y los requisitos en regla para una estancia corta, pero pasado ese permiso, no se van de España; así de simple”, explica un mando policial del área de inmigración.Esa fórmula es más factible para americanos y asiáticos que para africanos. El viajero que llega ante el puesto de control policial y dice que es turista ha de mostrar el pasaporte, la visa si es preciso, una reserva de alojamiento, explicar con claridad qué ruta seguirá en el país… y llevar encima el dinero suficiente: un diez por ciento del salario mínimo diario por nueve días. Con esos requisitos, a los subsaharianos se les hace más asequible intentar el asilo.Fuentes de Interior se muestran convencidas de que la implantación de visas de tránsito, bajará la inflamación en Barajas. Ahora el viajero africano que se dirige a países que no le exigen visado en Sudamérica sí tendrá que pedir permiso en un consulado español para hacer escala en un aeropuerto de España. Las fuentes consultadas le dan valor a ese “primer filtro”. Además “si se deshacen de los papeles, los tiran a una papelera o los destruyen en el lavabo del avión, siempre queda un rastro documental de las peticiones de visado de ese vuelo”, explican.Un refuerzo de personal de hasta 54 policías y dos instructores de la Oficina de Asilo y Refugio haciendo entrevistas en Barajas se ha saldado con 864 solicitudes de protección tramitadas en enero, según datos de Interior.Los vuelos siguen llegando, y todos los días entran en las salas nuevos viajeros que piden asilo, pero, como la ley obliga a un máximo de 14 días para el inicio de cada expediente, las fuentes consultadas esperan que el hacinamiento haya desaparecido a mediados de febrero.Hablan estas fuentes después de haberse constatado que España recibió en el 2023 recién concluido 163.000 solicitudes asilo. Récord histórico que integran también los hacinados de Barajas. Ese contingente que trata desesperadamente de quedarse en Europa es parte de una previsión de gasto rebasada. Técnicamente, pedir asilo en España es recorrer lo que los técnicos llaman “un itinerario”. La primera casilla es la de la “valoración inicial y derivación”. En Barajas, por ejemplo. Una resolución de la Secretaría de Estado de Migraciones fijó el 19 de octubre de 2022 un gasto máximo de referencia para cada persona cada día de esa fase: 56 euros y 75 céntimos. 

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