El que se esperaba como un día feliz para el mundo fallero de la Vall d’Uixó acabó entre lágrimas, las que provocó entre muchas falleras la aparición de la lluvia en el momento de la Crida. Pero pese al chaparrón y ante los pocos falleros que pudieron hacerse con un paraguas, Sheila Martínez y Helena Amorós, repitieron aquella llamada que ya realizaron en el 2020 antes de que la pandemia interrumpiera los planes festivos.

Tras el pasacalle del Ninot, que pudo recorrer sin inconvenientes las principales avenidas de la ciudad, los participantes se congregaron en el centro para asistir a una Crida pensada «para no dejar indiferente a nadie», como destacó la edila de Fallas, Maria Cruces.

El reencuentro se vistió de gala con un espectáculo de luz e imágenes que quedó un poco deslucido y que, incluso bajo la lluvia, se completó con la indispensable pirotecnia que tuvo un recuerdo para Ucrania porque, como defendió Cruces, aunque estos son momentos de «alegría, no olvidamos los momentos tan difíciles que están viviendo muchísimas personas a causa de la guerra». Ese recuerdo tomó forma con el disparo de cohetes con los colores de la bandera de Ucrania, difícilmente apreciables por el tiempo.

Varias falleras no pudieron contener las lágrimas al ver como la lluvia deslucía un día tan esperado. MÒNICA MIRA

La concejala resaltó que «reactivar las fallas es reactivar nuestro ánimo y nuestra fuerza para poder hacer frente a todas las dificultades que nos pone la vida».

Reencuentro mojado

La aparición de las precipitaciones -cuya probabilidad anunciaban las previsiones meteorológicas- se convirtió en un revés para unas comisiones que llevaban dos años esperando este día, porque la Vall optó por no celebrar sus fiestas en el 2021, como sí hicieron Burriana y Benicarló, y apostaron por esperar a 2022.