Al grito de "secesión, secesión" de sus seguidores, el líder de la Liga Norte (LN), Umberto Bossi, pronunció ayer un discurso de tintes populistas en el que dio un serio aviso a su socio de coalición, Silvio Berlusconi. Si no cumple sus promesas, le retirará el apoyo, vino a decirle en el congreso anual de la formación conservadora.

"Berlusconi, tu liderazgo como primer ministro está en discusión cara a las próximas elecciones si no se efectúan una serie de cambios", advirtió el líder del partido xenófobo, que aboga por la secesión del norte de Italia del resto del país.

"Nadie ha dicho que en las próximas elecciones iremos con Berlusconi. Si no escucha nuestras propuestas, el liderazgo de Berlusconi podría terminar con las próximas elecciones legislativas", recalcó el político que, aun así, informó de que, de momento, no hará caer el Gobierno centroderechista, como muchos esperaban. La actual legislatura concluye en el 2013.

Bossi le puso, por eso, los puntos sobre las íes a su aliado, al cual forzó ya esta pasada semana a aprobar un inesperado decreto ley que endurece de forma drástica la legislación italiana en materia de inmigración.

"Con el decreto aprobado reintrodujimos las expulsiones inmediatas de extranjeros, tanto de extracomunitarios como de comunitarios que cometen delitos", recordó Roberto Maroni, ministro de Interior y posible sucesor de Bossi, quien también participó en el congreso.

CONDICIONES SEVERAS Los dirigentes de la Liga del Norte enumeraron las duras condiciones que tratarán de imponerle a Berlusconi, entre las que figuran el fin de las misiones del Ejército italiano en el extranjero, la puesta en marcha del llamado federalismo fiscal y que se trasladen al norte del país cuatro ministerios que ahora se encuentran en la capital, en Roma.