Italia

Los escándalos de Berlusconi, una vida de lujuria y excesos

La vida del ex primer ministro italiano ha estado colmada de lujos, millones, juicios, escándalos sexuales y poder, mucho poder

La figura de Silvio Berlusconi (Milán, 1936) pasará a la historia debido a la polémica y la multitud de escándalos que han llevado ante los tribunales en numerosas ocasiones al ex primer ministro de Italia. Empresario millonario, magnate de los medios, presidente de uno de los clubes de fútbol más grande del mundo, el AC Milan, y político. Esos son algunos de los cargos que dan muestra del poder que ha tenido entre sus manos uno de los hombres más controvertidos del siglo XX -XXI.

Sus salidas de tono y sus diferentes problemas con la Justicia marcaron una carrera política que impuso una forma de dirigir las instituciones regida por el capricho y el beneficio personal en los años noventa y los dosmil.

Abusos de menores en el Caso Ruby

Gran parte de los escándalos que han sacudido la vida de Berlusconi han tenido un carácter sexual. Es el caso ‘Ruby’, uno de los episodios más oscuros de la trayectoria del político, por el que acabó siendo condenado a siete años de prisión y a una inhabilitación de por vida de ocupar un cargo público por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores. Un año más tarde, la condena fue revocada y fue absuelto.

Una joven marroquí llamada Karima El Mahroug, conocida también como 'Ruby Rompecorazones', fue arrestada cuando tenía 17 años por un robo menor y se descubrió que había asistido a varias fiestas en las residencias privadas de Berlusconi en Milán y Roma. El magnate, supuestamente le había entregado dinero y regalos a cambio de sexo. Fue ella misma quien lo denunció por pagarle por mantener relaciones sexuales. Algo que ambos negaron después.  

La joven marroquí Karima el Mahroug, conocida como 'Ruby', después de testificar por primera vez en el juicio contra tres personas del entorno de Silvio Berlusconi.

La joven marroquí Karima el Mahroug, conocida como 'Ruby', después de testificar por primera vez en el juicio contra tres personas del entorno de Silvio Berlusconi. / EFE

En estas fiestas ‘Bunga-Bunga’, El Mahroug mencionó que se realizaba una especie de rito africano, pero no fue demasiado precisa. Algunos asistentes a estas fiestas declararon que una decena de chicas desnudas rodeaba al anfitrión en una pileta y jugaban con él bajo el agua. Otros, explicaron que eran una especie de olimpiadas sexuales con strippers que incluían bailes sensuales y otras acrobacias afrodisíacas. También hubo quien describió estas fiestas como simples orgías.

En un primer momento, 'Il Cavaliere’' actuó tal y como lo había hecho en otras ocasiones. Uno de sus hombres propuso bajar la edad desde la que tener sexo con menores estaba penalizado. Así, el primer ministro quedaría fuera del alcance de la justicia.

Un procedimiento parecido propuso su ministro de Justicia, Angelino Alfano, que intentó sacar una ley que estableciera que los cuatro hombres más importantes del estado -presidente, primer ministro y presidentes de la Cámara de los Diputados y el Senado- no pudieran ser juzgados más que por delitos relacionados con el ejercicio de sus funciones. Al fracasar estos intentos, los testigos y denunciantes del caso Ruby comenzaron, repentinamente, a rectificar y a desdecirse.

Fraude fiscal en el caso Mediaset

Una de las facetas por las que más conocido ha sido Silvio Berlusconi en nuestro país es por ser fundador del grupo Mediaset. Hijo de un banquero y de una ama de casa, este milanés nacido en tiempos de Mussolini tenía claro que quería ser millonario y se embarcó en negocios inmobiliarios y en la especulación financiera para después pasarse en el negocio de los medios televisivos.

Comenzó su andadura con una pequeña televisión local, ‘Telemilano’ y cuatro años después escaló al ámbito nacional con ‘Canale 5’. Berlusconi puso fin al monopolio de la televisión pública italiana, a la que llegó a superar en audiencia.

Silvio Berlusconi, fundador de Mediaset.

Silvio Berlusconi, fundador de Mediaset. / ShutterStock

El caso Mediaset comenzó en 1992, cuando se descubrió que el grupo había creado una red de empresas offshore en paraísos fiscales para evadir impuestos. Se descubrió que el grupo había utilizado estas empresas para comprar derechos de televisión de eventos deportivos a precios inflados y luego registrar estas compras como gastos deducibles de impuestos. En algunos casos, las compras fueron hechas a empresas ficticias que pertenecían a la propia Mediaset, lo que significaba que los derechos de televisión se compraban a sí mismos.

A medida que la investigación se amplió, se descubrieron más pruebas de fraude fiscal y manipulación del mercado televisivo. Se alegó que Berlusconi había utilizado su posición política para manipular el mercado televisivo italiano y que había presionado a los reguladores para que tomaran decisiones que favorecieran a Mediaset y que había bloqueado la entrada de nuevos competidores en el mercado.

En 2006, Berlusconi fue acusado formalmente de corrupción, fraude fiscal y falsificación de cuentas. El político italiano negó las acusaciones, pero, años más tarde, en 2013 fue condenado a cuatro años de prisión. Sin embargo, nunca fue encarcelado por esta condena debido a su edad y a una ley de amnistía. En su lugar, fue puesto bajo arresto domiciliario durante un año.

Sobornos al abogado Mills

Berlusconi se volvió a sentar en el banquillo de la Justicia debido a que, presuntamente, sobornó a su abogado David Mills con 600.000 euros para que diera un testimonio falso en dos juicios contra él, evitando así que revelara información comprometedora sobre sus negocios.

La trama tuvo especial relevancia porque, en ese momento, el magnate era el primer ministro del país. Finalmente, David Mills fue sentenciado a cuatro años de cárcel y Berlusconi fue absuelto en 2010 por prescripción.

Red de espionaje

El caso ‘P3’, también conocido como caso Previti’, se centró en una red de espionaje y corrupción que involucraba a políticos, empresarios y miembros de los servicios secretos italianos. Según las investigaciones, la red habría sido creada por un abogado llamado Cesare Previti, quien había trabajado anteriormente para Silvio Berlusconi.

Previti fue acusado de corrupción y tráfico de influencias por haber ayudado al ex primer ministro italiano a sobornar a un juez para obtener un fallo favorable en un caso de adquisición de una empresa, años antes. También se le acusó de haber utilizado la red ‘P3’ para influir en la designación de jueces y fiscales en Italia.

El exprimer ministro de Italia, Silvio Berlusconi.

El exprimer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. / EFE

Berlusconi no fue acusado directamente en el caso P3, pero sí fue implicado en las investigaciones, ya que algunos de sus colaboradores cercanos estaban involucrados en la red de corrupción.

Multitud de batallas judiciales

El magnate italiano, a lo largo de su trayectoria, se ha visto inmerso en infinidad de batallas judiciales en las que, en su mayoría y contra todo pronóstico, ha salido indemne. Una de ellas fue el conocido como caso ‘Unipol’, en el que Berlusconi fue acusado en 2006 de conflicto de intereses en relación con la venta de la compañía de seguros Unipol. Fue condenado en primera instancia, pero la condena fue anulada por el Tribunal Supremo.

También salió bien parado de la operación ‘Lodo Mondadori’, un escándalo judicial de la década de los 90 en la que 'Il Cavaliere’ fue acusado de corrupción en relación con la compra de la editorial ‘Mondadori’ en relación con la compra de la editorial de mismo nombre. También fue absuelto en última instancia en este caso.

Berlusconi no cumplió sus promesas de campaña que hablaban del saneamiento moral de la política y de la administración pública. El magnate no se desprendió de sus empresas y en cada uno de los gobiernos que encabezó pareció haber conflicto de intereses. Sus negocios privados fueron de lo más rentables y proliferaron pese a su labor pública y a las incompatibilidades.

Las denuncias ante los tribunales no paraban de aumentar y él se obstinaba en realiza declaraciones públicas que ofendieran a la mayor cantidad de personas posible. Su prepotencia no le permitía pisar el freno.

'Berlusconismos'

Comentarios despectivos, ofensivos y machistas eran parte de un diccionario que se hizo popular en toda Italia y también llegó a oídos de países extranjero. Tanto fue así, que los italianos comenzaron a denominar como ‘berlusconismos’ los excesos verbales y las salidas de tono de su primer ministro.

Un ninot de Silvio Berlusconi en una bañera con varias jóvenes de la Falla Nou Campanar del año 2010.

Un ninot de Silvio Berlusconi en una bañera con varias jóvenes de la Falla Nou Campanar del año 2010. / EFE

En un debate con la oposición, uno de sus rivales dijo que ya era hora de que Berlusconi se fuera a su casa. Arrogante, el multimillonario lo miró y preguntó: “¿A cuál de todas? Tengo 20”.

Recurrentes también eran sus comentarios machistas y denigrantes contra las mujeres. El empresario italiano trató de hacer una especie de ‘chiste’ en 2011 que no llegó a nada más que a ser una grosería. “Un sondeo dice que el 33% de las jóvenes italianas sí se acostarían conmigo. El resto de las chicas contesta: ¿Otra vez?”, soltó a la audiencia, que rompió a reír.

En otra ocasión, en una entravista al periódico ‘ElMundo’, Silvio Berlusconi respondió lo siguiente sobre su estado de salud: “El otro día me hice un análisis y he dado lo normal para un hombre de mi edad: 90% de viagra en la sangre”.

Sus comentarios homófobos también formaban parte de su repertorio: “Prefiero que me gusten las mujeres guapas antes que ser maricón”, dijo en respuesta a las acusaciones de haberse acostado con la menor de edad Karim El Mahroug.

El ex primer ministro italiano tampoco se cortaba ante nombres de primer orden mundial, como ocurrió cuando dijo de Barack Obama que era “joven, guapo y bronceado”. Y con la expresidenta de Finlandia Tarja Halonen tampoco tuvo respeto cuando en 2005, Parma logró convertirse en sede de la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria en detrimento de Helsinki. ‘Il Cavaliere’ dijo: ”He tenido que rescatar mis armas de 'playboy' para seducir a la presidenta Halonen y que cediera”.