Violencia machista

La ley europea del 'sí es sí' tropieza con Francia y Alemania

El Parlamento Europeo redobla la presión sobre los gobiernos para que aprueben una directiva similar a la ley española que tipifique como delito el sexo no consentido

Sesión en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Sesión en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo. / PARLAMENTO EUROPEO

Silvia Martinez

En menos de 10 días, el próximo 13 de diciembre, los negociadores de la Eurocámara y del Consejo -que representa a los Estados miembros- se reunirán en Estrasburgo para tratar de cerrar un acuerdo político sobre una propuesta de directiva europea que imite la ley española del ‘sí es sí’ y tipifique como delito en toda la UE el sexo no consentido. El problema es que 20 meses después de que la Comisión Europea presentara una propuesta, y seis meses después del inicio de las negociaciones interinstitucionales, una mayoría de gobiernos, con Alemania y Francia a la cabeza, siguen sin dar su brazo a torcer.

“Estamos extremadamente decepcionadas de que ciertos gobiernos de la UE, especialmente Francia y Alemania, se nieguen a incluir una definición de violación basada en el consentimiento en el proyecto de ley. Para nosotras, para las sobrevivientes y para cualquiera que apoye los derechos de las mujeres, es obvio que las normas para combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica no pueden estar completas sin abordar la violación, han advertido este lunes las ponentes y negociadoras del Parlamento Europeo, la socialista sueca Evin Ircir y la conservadora irlandesa Frances Fitzgerald sobre lo que es una “línea roja” para la Eurocámara.

Ambas echan mano de datos de la Agencia de Derechos Fundamentales en la UE para denunciar una situación que desde la institución consideran muy preocupante: una de cada diez mujeres en la UE ha experimentado algún tipo de violencia sexual desde los 15 años y una de cada veinte ha sido violada. Aun así, “no se ha dado ningún paso a escala europea hasta ahora para proporcionar un nivel adecuado y consistente de protección legal a más de la mitad de la población de la UE”, denuncian subrayando las dispares legislaciones en los Veintisiete, y que, en la mayoría de los casos, no son adecuadas.

Normas obsoletas

“Normas obsoletas dan a los perpetradores una tarjeta para ‘salir libres de la cárcel’, al imponer la carga de la prueba a los sobrevivientes o exigir confirmación médica utilizando sistemas que no tienen en cuenta la complejidad del delito. Además, las mujeres que viajan o se trasladan a otro Estado miembro de la UE tienen que lidiar con esta fragmentación y complejidad legal, renunciando a menudo a un nivel decente de protección del que disfrutaban en su país”, denuncian, advirtiendo que “todavía hay tiempo” para que los gobiernos que se oponen cambien de posición “hacia el lado correcto de la historia”.

Aunque la propuesta de la Comisión incluye la noción del consentimiento, la posición común pactada por los Veintisiete en junio pasado, bajo presidencia sueca de la UEoptó por excluir este elemento del texto tras constatar la oposición de numerosos gobiernos europeos, algunos por considerar que la base legal utilizada no es adecuada, otros por estimar que es una cuestión de competencia nacional -la violación no está incluida en la lista de eurocrímenes- y no comunitaria. Algo que las ponentes rechazan tajantemente.

Mayoría cualificada

Para que la ley pase la prueba de fuego en el Consejo, la presidencia tendrá que aglutinar una mayoría cualificada -al menos 15 Estados miembros que representen el 55% de la población-, lo que de momento no está hecho. De momento, solo una decena de países se ha pronunciado a favor de incluir la noción del consentimiento: Bélgica, Grecia, Italia, Finlandia, Eslovenia, Chipre, Austria, Suecia, Luxemburgo y España. Mientras tanto, Francia, Alemania, Estonia, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Bulgaria, Malta, Dinamarca, República checa y Holanda se oponen a la inclusión. Otro grupo, entre los que se incluye Irlanda, está indeciso.

“Todo lo que sabemos es que la decisión está sobre la mesa de Emmanuel Macron en persona y en la mesa del ministro de justicia Marco Buschmann en Alemania. Espero que estos dos hombres, que están decidiendo el futuro de las mujeres, entiendan que en vez de estar en el lado incorrecto de la historia deben cambiar sus posiciones para estar en el lado bueno de la historia y aseguren que mujeres y niñas dejen de ser continuamente el saco de los golpes de los hombres”, avisa Incir.