El Partido Popular (PP) se agarró ayer como un clavo ardiendo a la renovación de la mayoría absoluta en el municipio de Madrid para ocultar la bajada generalizada de votos en todos los territorios en que se celebraron elecciones. Los dirigentes del PP trataron de ocultar su decepción por ceder al PSOE el primer puesto como fuerza más votada y exhibieron como un triunfo el haber sido el primer partido en la "mayoría de las capitales". Los populares evitaron interpretar los resultados en clave de sucesión de José María Aznar que, según distintas fuentes, no adelantará la decisión sobre el calendario previsto para después del verano.

La noche electoral en la sede del PP estuvo llena de sobresaltos. Los primeros sondeos, que apuntaban un descenso mayor del que finalmente resultó, cayeron como un jarro de agua fría. Los nervios se adueñaron de los dirigentes conservadores.

AL BORDE DEL INFARTO

El secretario general, Javier Arenas, y los cuatro coordinadores siguieron los datos al borde del infarto. Cuando el panorama madrileño se fue despejando en beneficio de Alberto Ruiz Gallardón, se incorporaron a la reunión el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, y el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos. Arenas, que compareció ante los medios de comunicación en una breve rueda de prensa a las diez y media de la noche, evitó la complacencia pero también el derrotismo. Prefirió ser prudente.

Destacó que el PP será el primer partido en cuanto a número de alcaldes y de concejales y la primera fuerza en la mayoría de las 13 autonomías donde ayer hubo elecciones. Y, por supuesto, destacó el triunfo de Madrid.

SIN RESPUESTA

El número dos del Partido Popular eludió contestar si estos comicios eran el inicio de un descenso en votos que puede extenderse a las elecciones generales del 2004. Tampoco respondió directamente cuando se le preguntó por el efecto que los resultados tendrían en la carrera de la sucesión. "Quien haya entendido estas elecciones en clave de primarias, ha cometido un error", fue su respuesta a ambas cuestiones.

Arenas expresó, por otro lado, "cierta preocupación" por el ascenso de "opciones radicales", en referencia al BNG y ERC, aunque no las citó directamente. Los populares tienen ya preparado el mensaje que lanzarán si el PSOE tiene que pactar con estos partidos para conseguir algunos gobiernos locales.