El turismo cultural está, según los expertos, totalmente desestructurado, sin horarios adaptados a los visitantes, ni bonos, ni rutas establecidas. Este subsegmento en muchas ocasiones se acompaña de la oferta gastronómica, una alternativa que está empezando a despertar en Castellón y también adolece de una promoción adecuada. En numerosas provincias la oferta cultural y gastronómica se combina en su difusión con recorridos por festejos populares.