Que las empresas y familias de Castellón están sufriendo un brutal retroceso del crédito concedido por bancos y cajas no es un secreto para nadie. Los empresarios llevan tiempo denunciando que la falta de financiación les asfixia y la realidad es que, en la provincia, los préstamos están menguando al ritmo medio de unos 400 millones de euros al trimestre debido a que el nivel de actividad crediticia sigue bajo mínimos y no hay nuevos préstamos que sustituyan a los que expiran tras ser amortizados.

Para cuantificar la magnitud del descenso basta acudir al Banco de España. En diciembre del 2011 la cifra de créditos que manejan las familias y empresas de Castellón era de 22. 312 millones de euros, un 9% menos que hace doce meses y un 16% menos que en el 2008, cuando el dinero corría a espuertas y la provincia alcanzaba un récord de casi 26.600 millones de euros concedidos por el sector financiero. La crisis, por tanto, ha menguado en 4.100 millones el dinero que fluye por el circuito familiar y empresarial.

La concesión de crédito ha descendido un 16% en tres años pero lo relevante es que antes de la crisis llegó a aumentar hasta un 27% en solo un año. Y para comprobarlo solo hay que analizar los datos del 2006. En enero de ese año los bancos tenían prestado 16.800 millones de euros en Castellón. En diciembre de ese año, la cifra ya era de 21.500 millones. En 2005 y 2004 ocurrió más de lo mismo, y la curva de ascenso no empezó a frenarse hasta el último semestre del 2008. A partir de ahí, los datos son en negativo.

Los empresarios de la provincia llevan meses alertando de las consecuencias del cierre del grifo crediticio. Hace tan solo unos días, el presidente de la CEC, José Roca, confió en que la reforma financiera permita que el sistema financiero obtenga los recursos necesarios para paliar la situación “cada vez más difícil” de falta de crédito para las empresas y, de manera especial, para aquellas pymes a quienes condiciona gravemente su actividad. H