A medida que se acerca la fecha del Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería, el más famoso de cuantos se celebran en España, van creciendo las supersticiones, costumbres y rituales destinados a llamar a la suerte. En Castellón también se tienen en cuanta a las 'meigas' cada 22 de diciembre, con la esperanza de que un buen montón de euros ayuden a tapar esos agujeros a los que siempre se alude cuando la diosa fortuna está de cara. Vamos a repasar algunos de los rituales de todo buen castellonense ante el Sorteo de Navidad.

Las oraciones y las velas

En Castelló, nada más efectivo para pedir una ayuda divina en el sorteo que acudir a la Basílica del Lledó y encender alguna que otra vela a la Lledonera. A nivel más general en la provincia, San Pancracio es el que se lleva la palma. En España existe la tradición de poner el décimo debajo del santo y acompañarlo con una hoja de perejil para atraer a la buena suerte.

Alguna oración, como extra, se cree que puede aumentar el efecto de la plegaria divina.

Herradura

Tradicionalmente se ha dicho que una herradura atrae a la buena suerte, por eso muchos la colgaban en la puerta de su casa. Su origen se remonta a la Antigua Grecia, pues los griegos creían que servía para ahuyentar a los espíritus y a las enfermedades. Muchos lo consideran el talismán más antiguo del mundo.

Frotar el décimo

La provincia de Castelló no escapa a la costumbre de restregar el décimo que queremos ver premiado sobre superficies de seres humanos. ¿Quién no ha pasado décimos o participaciones por la barriga de una embarazada o la cabeza de un calvo. También se suelen utilizar jorobas o, en caso de no encontrar personas con los perfiles adecuados, lomos de gato.

No regalar la lotería

En Castellón se considera que un décimo de lotería regalado tiene el 'gafe' encima. Los jugadores de lotería más tradicionales consideran que los décimos o papeletas hay que pagarlos con el dinero propio. La lotería se compra o se intercambia, nunca se recibe como regalo.

Décimo que se toca, se compra

Muchos castellonenses tiene la costumbre de no tocar los décimos de lotería... a no ser que vayan a adquirirlos. Existe la superstición generalizada de que si un número pasa por sus manos han de comprarlo. Además no pueden adquirir uno por un encargo y no comprar para ellos un décimo del mismo número: "¿Y si toca?".