Con este nulo material, Abel Valls

no cumplió con sus expectativas que eran bastante ambiciosas por obligación. No se encuentra en una situación de privilegio en el escalafón y necesitaba como agua de mayo que un toro le embistiese y poder seguir dando motivos para que público y empresarios siguiesen confiando en él. No le ha valido esta oportunidad para demostrarlo así que deberá seguir esperando a que dos nuevos toros le regalen alguna posibilidad.

Exprimió al máximo lo poco que tuvieron sus ‘oponentes’. El tercero fue un jabonero sucio que enseñó sus cualidades en el capote. Metió la cara con clase desde el principio pero al igual que el resto de sus hermanos, la falta de fuerzas fue la nota negativa de su comportamiento. Abel Valls lo toreó con suavidad pero sin lograr el calor necesario para un triunfo grande.

Tampoco se obró el milagro ante el sexto de Marca. Intentó Abel Valls

meterlo en el canasto como fuese pero su tosca embestida no se lo puso fácil al torero de la tierra. Toro desclasado, que lanzaba gañafones bruscos que no siempre fueron templados por el torero.

Ni el terremoto Fandi fue capaz de levantar los ánimos de la tarde y eso que el granadino es todo un especialista. Se echó de rodillas en largas cambiadas en el tercio, hizo quites variados y floreados, llevó al toro galleando... No quedaba nada más por hacer. En banderillas montó su habitual número haciendo toda una demostración de sus piernas de acero, su pasmosa agilidad y un conocimiento único para encontrar toro en todos los terrenos.

Pero llegó la muleta y sus faenas se diluyeron ante el ninguneo de la parroquia. Sus dos toros dijeron basta y no fue capaz de sacarles partido. Un pozo seco de bravura.

El público abandonó descontento el coso de la calle Pérez Galdós. Cabizbajo. Pensando quizá en la novillada. O en la corrida de apertura. O en los emblemáticos hierros que aguardan ya en los corrales un desafío que deberá responder a las exigencias de bravura.

Un guiño positivo ha sido el público. Se ha mejorado la entrada de otras tardes y conforme se acerca la semana, el público acudirá a la plaza. Comienza el meollo de la feria y hasta ahora pocos son los momentos que guardo en mente. H