El reconocimiento, el hecho de que nos distingan por algo, saberse útil, válido, recompensado por el esfuerzo realizado, por las ilusiones depositadas. Reconocer méritos, en la actualidad, resulta caro. Al parecer, es un acto que ya no tiene importancia. No obstante, debemos ser consecuentes, pues negar lo evidente, es decir, no considerar esos logros puede volverse en nuestra contra tarde o temprano. El ser humano necesita ser admitido, aceptado por la sociedad en la que vive; y si destaca en algún aspecto, merece (merecemos todos) esa muestra de gratitud.

La alegría que uno siente cuando, finalmente, obtiene un premio es mágica. A través del sistema nervioso, el hipotálamo envía mensajes a diferentes sistemas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina, es un proceso químico extraordinario que nos sume en un estado de júbilo, de puro gozo. Esa especie de cosquilleo, esa sonrisa que permanece inmortal en nuestro rostro, ese bienestar interno. ¿Quién no querría sentir eso?

Cuando Sandra Ferró me comunicó que le habían otorgado el Premio Internazionale Arca d’Oro Giovani Talenti 2014 de Torino, la satisfacción me atrapó, no pude contener la algazara que sentía. Fue puro contagio. La alegría de Sandra la hice mía por unos segundos. El contento vino, además de por la noticia en sí misma, por ser consciente del momento que la soprano castellonense vive ahora, un momento crucial. Ferró está subiendo, escalando poco a poco, con seguridad, esa montaña escarpada que la conducirá hacia su consolidación en el panorama operístico nacional y europeo.

Tras aprender del gran maestro Alberto Zedda el pasado verano, Sandra Ferró tenía muy claro que su carrera “acaba de comenzar”. Tras el galardón recibido, parece que va por muy buen camino.

EL PREMIO

Para aquellos que desconozcan la calidad de este certamen que ya cuenta con 20 años de trayectoria, bastará con nombrar a algunos de sus célebres laureados. Así, los premios Arca d’Oro Italia, que reconocen a aquellas personalidades que se hayan distinguido en el campo de la ópera y la música clásica, el teatro y la cultura en general en el mundo, han premiado a Alfredo Kraus, Claudio Abbado, Mirella Freni, Zubin Mehta, Ricardo Muti, Riccardo Chailly o Gianandrea Noseda. Alucinante, ¿no?

Desde hace un par de ediciones ampliaron el galardón con la categoría dedicada a los jóvenes talentos, categoría que este 2014 tiene acento “castellonero”.