Aunque con la campaña citrícola en Castellón prácticamente finalizada, la voz de los agricultores se escuchó ayer en Madrid. El Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una moción que resume las demandas del sector y que, entre otras cuestiones, insta al Gobierno a exhortar a la Comisión Europea a activar la cláusula de salvaguardia prevista en el acuerdo de libre comercio con los países del África Austral, aunque solo después de analizar su impacto en el campo valenciano. El debate en la Cámara Baja se produjo por la tarde, mientras por la mañana 300 agricultores convocados por Ava-Asaja habían repartido 3.000 kilos de naranja en pleno paseo de la Castellana de Madrid antes de ser recibidos por una delegación del ejecutivo comunitario.

La moción, que llega tras meses de protestas del sector y de manifestaciones ambiguas de los representantes del Gobierno central, fue presentada por Compromís y defendida por su portavoz, Joan Baldoví. Asimismo, en el debate participaron los diputados valencianos --ninguno de Castellón-- Juan Vicente Pérez (PP), Toni Quintana (PSOE), Rosana Pastor (Unidos Podemos) y Toni Cantó (Ciudadanos). Los cinco, y en un Congreso semivacío, protagonizaron una discusión encendida y con tintes preelectorales pese a los votos favorables al texto.

Baldoví inició su intervención mostrando una imagen de clementinas en el suelo y la atribuyó a la «permisividad» de las autoridades europeas con las importaciones de terceros países. Por ello, la moción pide la activación de la cláusula de salvaguardia, aunque para facilitar el apoyo del PSOE a la misma el texto finalmente incluyó que esa demanda solo se hará efectiva «en caso de constatarse distorsiones de mercado achacables» a estos acuerdos.

REPRIMENDA // No obstante, pronto el debate trascendió lo puramente técnico y los diputados entraron en el terreno de la disputa partidista. Cantó (Cs) acusó a Compromís y al Govern del Botànic de gastar dinero en «Telecompromís» y en «entidades pancatalanistas» y no en los agricultores, por lo que sentenció que el ejecutivo autonómico es «una castaña». Baldoví, siguiendo con las frutas, llamó «moniato» a Cantó, lo que les valió la reprimenda de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que manifestó que el parlamento «no es el club de la comedia».

Quintana (PSOE) defendió durante su intervención la actuación de los gobiernos central y autonómico en la actual crisis citrícola y aseguró que Pedro Sánchez y Ximo Puig han dialogado con el sector y «no han hecho lo mismo que el PP, que primaba los grandes eventos y el abandono de la agricultura porque ello suponía una oportunidad de negocio inmobiliario». Pérez Aras (PP) respondió que el Consell solo ha actuado cuando era «tarde» y acusó a socialistas y valencianistas de «esperar» a que fueran los populares quienes defendieran a los agricultores en Bruselas. Pastor (Podem) lamentó la «tibieza» del ejecutivo socialista frente a una crisis que «ha arruinado completamente» a muchos productores.

RECIPROCIDAD // El ministro de Agricultura, Luis Planas, que no estuvo en el Congreso, afirmó sin mencionar a los cítricos que el Gobierno «trabajará para incluir la reciprocidad en los acuerdos bilaterales que firme la Unión Europea con países terceros».