China fue, durante años, un país hermético en el que las mercancías de Castellón apenas si lograban poner un pie. No obstante, la progresiva apertura del gigante asiático y el incremento de las exportaciones por parte de las empresas de la provincia han hecho florecer en los últimos años una relación comercial ahora amenazada por la guerra comercial y de divisas entre este país y Estados Unidos.

En el 2018, un total de 291 compañías castellonenses lograron colocar sus productos en China. El resultado de estos intercambios fueron unos ingresos de 101 millones de euros. Esta cantidad, si bien fue inferior a la del año 2017 (118 millones de euros), suponía una consolidación de un mercado que hace solo nueve años, el 2010, apenas representaba 37 millones.

Si hay un sector que debe estar alerta a las consecuencias de la guerra de divisas, que podría encarecer el precio de las exportaciones, es el de las fritas, esmaltes y colores cerámicos. Apenas 14 firmas pertenecientes a este sector auxiliar al azulejo concentran prácticamente la mitad de las ventas de Castellón al país asiático, siendo este uno de sus principales mercados.

De hecho, China es uno de los destinos que estaba teniendo un buen comportamiento para un sector cuyo arranque del año no ha sido bueno. Según los últimos datos de la patronal Anffecc, la ralentización de ventas es del 7%, con lo que un empeoramiento de las relaciones con este país supondría un golpe fuerte para los productores de Castellón.

EL AZULEJO, EXPECTANTE // Como primer productor mundial de azulejo, China es un país difícil para el Tile of Spain. Las empresas han realizado esfuerzos para aprovechar el crecimiento de las clases medias con posibilidades económicas y posicionarse en el segmento alto del mercado con algún resultado positivo, pero en conjunto las ventas apenas superan los 15 millones de euros. El último intento coincidió con la visita comercial del president de la Generalitat, Ximo Puig, al que entre otros empresarios acompañaron el máximo responsable de la patronal azulejera Ascer.

Castellón también vende a la potencia oriental productos químicos y maquinaria, pero los cítricos, pese a los intentos realizados, apenas llegan al país debido al largo viaje que deben realizar.