La parada de mantenimiento de la refinería de BP, «la más grande de la historia por inversión, número de trabajadores y labores realizadas», apuntan fuentes de la compañía, vive sus últimos coletazos después de que haya supuesto una auténtica revolución para la economía de la zona. Hoteles, bares y restaurantes han visto cómo los picos de 4.000 contratistas que han trabajado en la operativa les obligaban a modificar sus hábitos de trabajo. Además de las zonas en que habitualmente se percibe la actividad de la planta del Serrallo, esta ha llegado a puntos más alejados, como varios hoteles de Benicàssim, que han estado copados por trabajadores procedentes de todos los puntos de España.

Así ha sucedido, por ejemplo con el hotel Azor, cuyas 88 habitaciones han estado destinadas «en exclusiva» durante mes y medio a alojar «al personal que ha venido a trabajar durante la parada», señala el director comercial de Hoteles Intur, Miguel Albalat. Otros hoteles del Grupo Intur, como el Orange o los de Castellón capital también se han beneficiado de este operativo, reconoce Albalat, con lo que «la repercusión ha sido muy positiva».

Asimismo, esto ha conllevado también trabajo para las empresas de transporte. Todos los días, varios autobuses trasladaban a los operarios desde sus hoteles de descanso hasta las instalaciones del polígono del Serrallo.

Además de la lógica repercusión en los bares y restaurantes: varios establecimientos del Grao se han visto obligados a cambiar sus hábitos. Así ha sucedido, por ejemplo, con el restaurante n’Ester, que ha servido comidas en domingo cuando habitualmente está cerrado. O con el bar El Extremeño, que ha hecho lo propio durante los sábados. Desde el mismo, David Villa-nueva destaca que estos beneficios se han extendido a muchos otros establecimientos... y durante más tiempo. «Desde medio año antes ya notamos la incidencia de la parada, porque viene gente de fuera para los trabajos preparatorios», manifiesta.

Y esto a pesar de que, dentro de las instalaciones de la refinería se ha instalado un comedor capaz de dar servicio a 1.500 hombres en varios turnos durante hora y media, resaltan desde la refinería BP. Ahora, tras finalizar las labores de apertura, revisión y vuelta a poner en funcionamiento los «más de mil equipos», afirman las mismas fuentes, durante este fin de semana se está desmantelando el comedor provisional.

la de mayor duración // Han sido 44 días --«más que en ninguna otra», señalan las fuentes-- de trabajos que comenzaban antes de salir el sol y que en muchos casos acababan tras su puesta. En este momento, en la planta del Serrallo están arrancando, por fases, los distintos equipos que se han revisado, para proceder a la vuelta a la rutina a lo largo de la semana que mañana comienza.

Eso sí, los trabajos en el interior de la refinería nunca se detienen y actualmente se trabaja en otro gran proyecto, el de la torre de vacío, que también comporta una carga de trabajo adicional. Dentro de cinco años, volverá el batallón de contratistas.