En agosto se celebran en los municipios de la provincia multitud de fiestas patronales con numerosos desplazamientos a altas horas de la noche. Es, además, el mes por excelencia de las vacaciones, con celebraciones de cenas y comidas y viajes con sus operaciones salida y retorno. Para este mes de agosto ningún compañero es peor al volante que el alcohol, una sustancia que está presente en casi la mitad de los accidentes mortales, según la Dirección General de Tráfico (DGT).

Peñíscola, donde una chica de 20 años ebria y sin carnet se estrelló la semana pasada contra un muro; Canet lo Roig, con un hombre accidentado de madrugada en la CV-113 y con intoxicación etílica; y Soneja, donde un segorbino embistió un talud y sextuplicó la tasa de alcoholemia máxima permitida; son solo algunas de las últimas localidades salpicadas por la siniestralidad vial con conducción alcohólica. Por fortuna, los causantes de esos accidentes no provocaron víctimas y ellos mismos solo resultaron heridos de carácter leve.

Según el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses el 43% de los conductores fallecidos en España en el 2018 y sometidos a autopsia, habían consumido alcohol, drogas y/o psicofármacos. Otro dato alarmante conocido recientemente es que un 44% de los ciudadanos españoles admite haber tomado alcohol y conducido después, mientras que un 14% reconoce hacerlo de forma habitual.

LAS TASAS / A pesar de que al volante la cantidad de alcohol siempre debería ser cero --una cuestión debatida en los últimos años y defendida por algunos sectores--, la legislación española permite un nivel de hasta 0,25 mg/l de aire espirado y 0,15 para noveles o profesionales (camioneros, taxistas, conductores de autobús etc.).

Según indican fuentes de la DGT, aunque dos personas beban la misma cantidad de alcohol es muy poco probable que alcancen la misma tasa de alcoholemia. Incluso si una misma persona toma alcohol en dos días distintos, la tasa también puede variar. Los expertos insisten en que la absorción del alcohol depende directamente de la velocidad a la que se toma e inciden también en que este proceso es más rápido si el estómago está vacío. Respecto a los mitos, recuerdan que ni hacer ejercicio ni tomar chicle bajan la tasa arrojada ni beber alcohol quita el frío.

En la provincia de Castellón se interpusieron en 2018 un total de 3.044 multas por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas. Esto es, más de ocho al día, según datos de la Delegación del Gobierno de la Comunitat.

Pese a las campañas publicitarias de la DGT --cada vez más crudas y directas en televisión, radio y prensa--, a las actividades de concienciación que realizan víctimas de accidentes de tráfico a pie de carretera y a la formación vial en los colegios e institutos, la magnitud del riesgo que comporta conducir ebrio no acaba de calar en la sociedad. El mensaje ya lo tenía claro Stevie Wonder allá por el año 1985: Si bebes no conduzcas. No hay más.