El último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III sitúa a la Comunitat Valenciana, Aragón y la ciudad autónoma de Melilla como los únicos territorios que tardan una media de cuatro días en diagnosticar vía PCR los positivos desde que comienzan a manifestar la presencia de los primeros síntomas compatibles con desarrollar la enfermedad. Eso significa que, en el 50% de los casos, el diagnóstico en estas comunidades se demora 96 horas o más.

Tan solo Galicia, Cantabria, Extremadura, Navarra y Andalucía cumplen con la recomendación del Ministerio de Sanidad de identificar la enfermedad en un tiempo máximo de 48 horas, mientras que las 11 autonomías restantes consigue hacerlo cumpliendo con el margen considerado aceptable por los expertos, de 72 horas. La última foto fija ofrecida por el Carlos III a fecha de 20 de agosto refleja un repunte en el periodo de espera. Hasta hace una semana, la horquilla del tiempo transcurrido entre la aparición de síntomas y la detección precoz se movía entre un mínimo habitual de dos días y un máximo de cinco.

Ahora ese intervalo se ha visto alargado por la parte de arriba, hasta alcanzar los seis días de retraso. Durante ese mismo periodo de tiempo, Sanidad ha aumentado en un 9% el número de PCR, con 45.220 pruebas efectuadas del 14 al 20 de agosto.