El azulejo de Castellón gana mercado «a base de incorporar nuevas funcionalidades», señala el presidente de la Asociación Española de Técnicos Cerámicos (ATC), Juan José Montoro, quien afirma que, a nivel técnico, «es lo más importante que se ha podido ver en Cevisama 2020».

En este sentido, Montoro asegura que se trata «de un camino para dar más valor a la cerámica, y no limitarla a un recubrimiento, higiénico y decorativo, para baños y cocinas, y que de esta manera llegue, de una manera decisiva y de pleno derecho, no solo al resto de dependencias de las viviendas, sino también, y de una manera especial, a los distintos espacios públicos».

Montoro destaca que muchas de las propuestas que se han presentado en la exitosa feria valenciana «han sido muy interesantes, ya que incorporan funcionalidades de conductividad, de iluminación, de emergencias, de retrolimunación, con capacidad para incluir sensores, los pavimentos antiestáticos, cerámica con calidez para que no sea tan fría y se acerque más a otro tipo de materiales...».

Todas estas nuevas cualidades de la cerámica «nos ponen en camino de poder ir ganando espacio a otro tipo de materiales que, según la Agenda Europea para 2030 o 2050, deberemos dejar de usar por su alta capacidad contaminante», subraya el propio Montoro, que puntualiza que se trata «de una medida que aporta valor añadido y que dignifica y revaloriza los pavimentos y revestimientos cerámicos».

Montoro asegura que, como parte de la evolución del sector y del producto, el clúster debe «gestionar el gran cambio hacia el futuro, con innovación y competitividad» y que ante sí va a tener una seria de grandes retos a los que hacer frente y entre los que destaca la necesidad de abordar «la transición energética. Es decir, eliminar nuestra dependencia del gas». Sobre este aspecto, Montoro afirma que «tendremos que hacerla nosotros y no debemos esperar mucha ayuda de las grandes empresas energéticas ni tampoco de la Administración».

Otros retos que tiene por delante la industria cerámica de Castellón son «asumir la transformación digital y garantizar la cualificación de las plantillas, pero incluyendo a la totalidad del equipo humano: desde el gerente hasta el último peón», así como la formación de las nuevas generaciones de técnicos.

Para Montoro también es básico «reforzar el ecosistema del sector cerámico, haciendo piña todos los agentes que lo conformamos y siendo plenamente convencidos de que es el motor más potente que tiene nuestra provincia y engrana a otros motores más pequeños de momento, pero que se les está viendo crecer, como por ejemplo las empresas tecnológicas y de servicios».