El Banco de Alimentos de Castellón se reinventa y amplía el tipo de servicios que ofrece a las familias necesitadas de Castellón. Con una recuperación económica que no llega a muchos y una pobreza enquistada, la solución ya no pasa solo por la distribución de comida, sino también por una mejor atención a los beneficiarios de la misma.

Es por ello que los responsables de la entidad lanzarán tras el verano el proyecto Intégrate, para el que ya mantienen contactos con muchas personas a las que atienden con el objetivo de detectar qué otras necesidades tienen. Entre las opciones que están sobre la mesa, barajan ofrecer clases de refuerzo a los menores y dar formación de economía cotidiana para adultos. «Buscamos que este perfil de gente tenga mejores herramientas para administrar de forma eficiente sus recursos», explica la vicepresidenta del banco castellonense, Susana Escudero.

La asociación recogió durante el 2016 más de dos millones de kilos de alimentos, de los que la mitad los consiguieron a través de sus propias campañas.

La buena gestión de toda la burocracia que implica la distribución de esta cantidad de comida ha motivado que, en un encuentro reciente a nivel estatal, la coordinadora haya reconocido que el de Castellón es «uno de los bancos que mejor funciona en toda España».

Visibilizar la sede

Otro reto cara al futuro es sacar más partido a su sede, que está en la carretera de Borriol. El propósito es que la ciudadanía sepa que puede llevar allí productos como aceite, leche o pañales, que «siempre hacen falta».