Ahora son las madres y padres los que les dicen a sus hijos: “mira, ¡ese es el patinete que quiero!”. El patinete eléctrico se ha convertido para muchos castellonenses en una extremidad más que les acompaña a todas partes, transformando la manera por la que se mueven por los diferentes puntos de la provincia. Quienes lo prueban aseguran que ahorran tiempo y dinero, pues llegan antes al destino y el coste es prácticamente cero.

A diferencia de los coches y las motos que nos rodean, el motor del patinete eléctrico ni hace ruido ni contamina, así que tus desplazamientos no contribuyen a seguir enfermando tus pulmones y los de quienes conviven contigo. Hasta ahora parecía que los patinetes eran cosa de los más pequeños de la casa, pero desde SMS Electrics, tienda especializada en Castellón, Miguel confirma que “hay patinetes eléctricos para niños desde los cinco años, pero cada vez se lo llevan más adultos e incluso gente mayor que tiene problemas para andar y lo utilizan a diario para ir a comprar, al trabajo…”. Esta misma fuente confirma que “es muy fácil de conducir, como una pequeña moto, y en Castellón no es obligatorio usar el casco cuando lo llevas, aunque sí es recomendable”.

Quien lo usa, repite. Cuando te acostumbras a la aceleración y le tomas las medidas, te sientes como en esas películas futuristas en las que parece que sobrevueles a ras de suelo. El patinete es como una alfombra voladora, tu mayor aliado y la envidia secreta de los ciclistas, a los que puedes incluso adelantar con velocidades que pueden llegar a alcanzar los 40 km/h. Para conducirlo, eso sí, no se puede utilizar la acera. Siempre en carretera o en carril bici.