Una inyección de 35,3 millones de euros a Castellón, 176,8 a la Comunitat, en los próximos cuatro años «para conectar la FP con el mercado laboral y las empresas, mejorar la oferta de ciclos en la provincia, ampliar la dual y la formación práctica en las empresas, además de hacerla más ágil para favorecer la especialización a corto plazo y la adaptación a las necesidades concretas del tejido empresarial». Es la promesa lanzada ayer, a pocos meses de las elecciones, por los consellers de Educación, Vicent Marzà; y de Economía, Rafael Climent, como prioridades del nuevo Plan de Impulso y Mejora de la FP autonómico aprobado ayer por la Generalitat, con la suma de la Confederación Valenciana de Empresarios (CEV), y CCOO y UGT, en el pleno del Consejo Valenciano de la FP, tras tres meses de trabajo.

Según Marzà, que preside la comisión este 2019, Año de la FP de la Generalitat, «coser e impulsar firmemente el tejido industrial y productivo depende en gran medida de dotar a los sectores de personas especializadas». «La FP es una opción de primera, con un amplio abanico de estudios dentro de 26 familias; y formación y empleo van de la mano», dijo. Para Climent, «el contexto de cambio permanente y de transformación social actual, mejorar la formación de las personas es un requisito esencial para crear y mantener empleo de calidad».

LAS NECESIDADES CAMBIAN // Hacer la FP «más ágil y flexible» para dar salida a estas necesidades cambiantes es una de las máximas del citado plan, «fuertemente vinculado al sistema productivo», junto con la detección de nuevos nichos de empleo para programar acciones de formación adecuadas y apostar por nuevos sectores para mejorar las posibilidades de inserción y satisfacer las necesidades de las empresas valencianas, también con una perspectiva de género.

MÁS ESPECIALIZACIÓN // En el decálogo de objetivos destaca, además, mejorar la oferta de FP Dual, la formación práctica en empresas, reunir las necesidades formativas del tejido productivo valenciano, favorecer la especialización y la adaptación a las necesidades concretas de esa industria y potenciar la conexión de los centros de FP con las mercantiles. Y se suma la intención de «potenciar una oferta inclusiva para no dejar atrás ningún colectivo», favoreciendo, por ejemplo, la incorporación de mujeres y hombres a sectores y ciclos tradicionalmente masculinos y femeninos, respectivamente.