Castellón ha sido desde la antiguedad sede de la Administración de Justicia. Primero, como cabeza de partido y, posteriormente, como sede de la Audiencia Provincial. Por esta razón, la capital de La Plana siempre ha dispuesto de cárcel y prisión, además de ser lugar de ejecución de penas. La más antigua cárcel se ubicó en los bajos de la Casa de la Vila, primero en su localización original de la calle Caballeros, lindante con el llamado carreró de la Cadena, por ser vecino precisamente de las angostas celdas medievales.

Posteriormente, la prisión se ubicó en los bajos del actual Ayuntamiento, obra del arquitecto Melchor Serrano. A finales del siglo XIX, cuando la capitalidad provincial ya se ha consolidado, Castellón necesita de una nueva cárcel, suficiente para acoger, no sólo a los pequeños delincuentes que se juzgaban en el antiguo tribunal del partido judicial, sino también a los reos de grandes delitos juzgados en los tribunales provinciales.

Es una necesidad más de una ciudad que crece como sede de los servicios burocráticos que exige el nuevo estado liberal y burgués del siglo XIX.

El proyecto de la nueva cárcel, que se va a ubicar en una zona de expansión de la ciudad, junto a la entonces nueva ronda que se bautiza con el nombre de Magdalena, se encarga al arquitecto provincial, Manuel Montesinos Arlandis, que será también el artífice de varios de los grandes edificios levantados en aquel final del siglo XIX, como el Hospital Provincial o la plaza de toros. Se trata de la cárcel de la calle Cerdán de Tallada que prestó servicio durante más de 75 años, y será el marco de acontecimientos excepcionales, como los ajusticiamientos de presos condenados a la pena capital --el último fue Joaquín El Gallego, quien asesinó al hijo del alcalde de Zucaina en los años 40--, la saca de los presos en un aciago día de 1936 y la concentración de presos políticos represaliados por el franquismo en la posguerra.

Fue un edificio austero, grande en sus dimensiones y funcional dentro de la arquitectura penal decimonónica. Ocupó el solar donde se localiza la plaza Columbretes, junto a la actual comisaría de Policía, que inicialmente fue cuartel de la Guardia de Asalto y de Policía Armada.