El Ayuntamiento de Castellón ha decidido posponer a mayo la decisión sobre el cambio de nombre de la ciudad a Castelló. De esta forma, el equipo de gobierno celebrará durante los próximos meses unas jornadas divulgativas y pedagógicas dirigidas a toda la ciudadanía para dar a conocer «las razones históricas y lingüísticas» que han motivado el inicio de los trámites de la recuperación del nombre original de la ciudad.

Según informó ayer el consistorio en un comunicado, la Concejalía de Normalización Lingüística promoverá diferentes actividades y charlas con lingüistas, historiadores, filólogos y personajes ilustres para, «desde la vertiente pedagógica, hacer llegar a los ciudadanos de Castellón el porqué de esta reparación histórica necesaria». Además, durante las próximas semanas, el ejecutivo municipal iniciará una ronda de contactos con todos los partidos políticos para «invitarlos a participar en las jornadas y, así, poder ampliar la mayoría en el pleno».

La consecuencia más inmediata de esta decisión es que en el pleno del próximo 22 de febrero no se tratará este punto, que amenazaba con dividir a las fuerzas del Pacte del Grau. De haberlo hecho, y si los siete concejales del PSPV se hubieran abstenido, la decisión no habría salido adelante, pues Compromís solo hubiera logrado ocho votos favorables (los de sus cuatro ediles, más los cuatro de Castelló en Moviment), frente a 12 en contra (ocho del PP y cuatro de Ciudadanos).

Debate encendido en la calle y en las redes sociales

El cambio de nombre a Castelló llega avalado por informes lingüísticos e históricos, pero también cargado de polémica, con debates abiertos en la calle, en las redes, con recogidas de firmas, en la corporación y en el mismo seno del equipo de gobierno.

PSPV y Compromís coinciden en el fondo de la cuestión, en la necesidad de recuperar el nombre original --Castelló de la Plana y Grau de Castelló, en el caso del distrito marítimo--, pero discrepan en la forma y en los apoyos necesarios para dar luz verde a la tramitación, que devolvería a la capital el nombre que por historia le corresponde. Los socialistas, con la alcaldesa, Amparo Marco, a la cabeza, abogan por conseguir el máximo consenso, algo que se intentará lograr enlos próximos meses tanto a nivel ciudadano como político. Mientras tanto, sus socios de Compromís, cuyo edil de Normalización Lingüística, Ignasi Garcia, es el impulsor de la iniciativa y al que se le había encargado buscar este consenso, mantenían que, en base al decreto del Consell que regula las modificaciones de topónimos, solo haría falta mayoría.

Marco busca el máximo consenso para el cambio

El grupo municipal socialista considera que el procedimiento para promover el cambio de nombre de la ciudad requiere un consenso generalizado entre las diversas sensibilidades políticas, por tratarse de una decisión que ha de perdurar en el tiempo y no estar sujeta a la posibilidad de ser revertida a medio plazo por un gobierno local con otra mayoría política.

Las concejalas y los concejales socialistas son partidarios del cambio, atendiendo a razones históricas, como se ha constatado en el informe de los expertos que avalan la exclusividad del nombre de Castelló de la Plana. Tanto la alcaldesa, Amparo Marco, como el portavoz socialista, Rafa Simó, así lo han expresado en público desde que se conoció la propuesta, y también lo ha hecho el grupo socialista en las reuniones del equipo de gobierno. Pero esa voluntad ha estado ligada siempre a la necesidad de buscar el consenso.

De ahí que ahora el equipo de gobierno en su conjunto proponga iniciar una ronda de contactos con todos los grupos municipales, en la que se expliquen los criterios que justifican el cambio del topónimo. Al mismo tiempo, también se ha logrado iniciar un ejercicio de pedagogía ante la sociedad. Así, la necesidad de organizar jornadas informativas y explicativas a la ciudadanía había sido una idea del PSPV que ahora, según el comunicado hecho público ayer, se llevará a cabo. El objetivo es que quede constancia de forma inequívoca de los avales históricos a la modificación.

Garcia es el responsable de recabar los apoyos

El equipo de gobierno había solicitado antes de la decisión de ayer a uno de sus concejales, el edil de Normalización Lingüistica, Ignasi Garcia, que se encargara de mediar para conseguir el máximo consenso para la normalización del topónimo de la ciudad. Lo reveló la alcaldesa esta semana y lo argumentó también la portavoz del equipo de gobierno, asegurando que «el gobierno insta al propio gobierno a buscar el consenso». Lo cierto es que teniendo en cuenta los precedentes, este consenso es muy difícil de lograr, puesto que PP y Ciudadanos ya se han mostrado frontalmente en contra de apoyar el cambio del topónimo de la ciudad para adoptar la forma exclusiva en valenciano, como sí ha ocurrido en otros municipios de la provincia y la Comunitat.

Informes históricos y lingüísticos y un manifiesto

La propuesta de adaptación del topónimo de la ciudad está avalada por el Manifest per la normalització del nom de la ciutat, rubricado por cuatro firmas de referencia cultural, histórica y lingüística, considerándola una «reparación histórica». El hijo predilecto de la ciudad, Germà Colón, el cronista de la ciudad, Antonio Gascó, el profesor de la UJI especialista en Derecho Foral, Vicent Garcia Edo, y Vicent Pitarch, como miembro del Institut d’Estudis Catalans, son los firmantes de este manifiesto. A los avales de expertos se suma el informe del jefe de negociado de Normalización Lingüística y se prevé incorporar al expediente copias de los informes de expertos y especialistas emitidos para la denominación actual aprobada en 1982, del cronista Ángel Sánchez, la Societat Castellonenca de Cultura y Manuel Sanchis Guarner. Y un informe técnico del catedrático de la UJI Lluís Gimeno Betí.