La Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat Valenciana (Aerte) advierte de que la provincia de Castellón necesitará entre 500 y 600 plazas en un periodo de cinco años. «Hacen falta», señala el presidente de la patronal, José María Toro, quien pone sobre la mesa la contradicción producida en el último concurso, donde 65 de las 350 plazas sacadas a licitación por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas en la provincia de Castellón han quedado desiertas.

El problema radica en que existe demanda de plazas, pero los «estrictos» requisitos estipulados para poder concertar, como que un centro debe tener al menos 10 puestos de estas características, resultan inalcanzables para las residencias pequeñas situadas en los municipios de las comarcas del interior. Y es en estas zonas donde se requiere un incremento de estos servicios dado el imparable envejecimiento de la población.

«Va a ser necesaria una estrecha colaboración público-privada para crear residencias en zonas rurales y es ahí donde debe ir la Administración, porque las empresas no acuden por falta de rentabilidad», apunta Toro.

Actualmente, el proceso está pendiente de la adjudicación definitiva, que prevén inminente. «Hay mucha gente esperando que se resuelva porque aspiran a una plaza o están pendientes de que la que ahora ocupan se concierte y les suponga un importante ahorro económico», explica. Por tanto, al quedar desiertas 65 de las 350 plazas con concierto ofertadas, tan solo se han cubierto 285. Habrá plazas concertadas para personas dependientes en Castellón, Vila-real, Cabanes, Moncofa, Montán, Navajas y Torreblanca y Benicarló. El presupuesto del contrato en Castellón asciende a 40,2 millones de euros.