El proceso de desescalada ya les daba libertad para abrir de nuevo sus puertas desde hace unas semanas. Pero sin la posibilidad de recibir a turistas procedentes de otras comunidades autónomas, el objetivo era inviable. El lunes ya es posible la movilidad por toda España, y los hoteles preparan la campaña con más incógnitas de su historia.

El presidente de Altur-Hosbec, Alexis de Pablo, mencionó que Castellón «ya tendrá abierto en julio el 70% de los negocios, que es un porcentaje más elevado que en la Comunitat, que rondará el 55%». Algunos establecimientos, sobre todo los más pequeños, ya dieron el paso hace unos días, básicamente para recibir a trabajadores de sectores esenciales, que han seguido moviéndose por la geografía nacional en los más de tres meses de estado de alarma.

Los empresarios aseguran que hay ilusión, pero reconocen también dudas sobre el resultado de la temporada. El máximo dirigente de la agrupación empresarial de Peñíscola, Francisco Ribera, indicó que en muchos de los negocios «nos conformaremos con alcanzar un 50% de ocupación media». Algo que tan solo «ayudaría en parte a enjuagar las gravísimas pérdidas acumuladas estos meses de atrás por el cierre forzoso de los establecimientos».

A CUENTAGOTAS / Las asociaciones de la provincia indican que las reservas todavía se encuentran en cotas bajas, aunque a medida que se acercan las reaperturas y la nueva normalidad los teléfonos suenan con mayor frecuencia. Los principales grupos del sector estarán representados, si bien no a pleno rendimiento. Es el caso de Servigroup, que abrirá en Peñíscola, Alcossebre y Benicàssim, pero que no hará temporada en el Koral de Orpesa. Un caso parecido es el de ZT Hotels de Peñíscola, que no dispondrá del Acuasol, y reagrupará a los alojados en el resto de negocios ubicados en esta localidad.

Por otro lado, no se sabe hasta cuándo vendrán los visitantes. Si la meteorología acompaña y no hay incidencias sanitarias, podría aprovecharse el otoño y los puentes festivos. En la parte negativa está la suspensión de los viajes sociales, para los que aún no hay fecha de regreso. Los pensionistas era una ayuda para alargar la campaña. Sin ese colchón, nadie descarta que el 2020 acabe siendo el año más corto.