Los expertos que abordaron ayer en Qualicer la situación del azulejo frente a otros revestimientos, especialmente vinilos y derivados del plásticos, centraron las opciones de trabajo para que las baldosas cerámicas avancen en hacer llegar al consumidor de manera clara las características «imbatibles» del material frente a otros productos que a menudo defienden bondades que no resultan reales.

En la sesión específica Productos sustitutivos y otras amenazas y oportunidades, el secretario general de Ascer, Alberto Echavarría resaltó que, dado que en un mercado tan destacado como el de Estados Unidos (segundo para el azulejo español en volumen) la cerámica solo copa el 14,3% del consumo, «todavía hay mucho recorrido».

Estimó que las compras de Estados Unidos de azulejo español sumarán en este 2020 más de 300 millones, si bien alertó de que se matizará la intensidad del aumento de las exportaciones tras un primer impacto de la guerra comercial entre el Gobierno de Donald Trump y China.

En todo caso, el director ejecutivo del Tile Council of North America, Eric Astrachan, pidió un esfuerzo para diferenciar los verdaderos productos cerámicos de los que llegan de Oriente con esa supuesta denominación, pero que son «otra cosa». Resaltó también que el consumo de piezas basadas en plásticos ha caído un 6% en el 2019, como dato positivo frente a la preocupación que supone la competencia de los sustitutivos en general, especialmente en el caso de un mercado con un gran potencial como es el caso de Estados Unidos.