La Conselleria de Medio Ambiente lo tiene claro. No autorizará batidas especiales para acabar con la «invasión» de urracas en la zona de la Plana, como reclaman los cazadores ante la proliferación imparable de estos córvidos que se alimentan de huevos y crías de pájaros autóctonos, como el gorrión o el jilguero. El departamento que dirige Elena Cebrián reconoce que, según los datos de capturas aportados por los cazadores, la superpoblación de esta especie en municipios como Nules o la Vall es una realidad. De todos modos, el problema se extiende también a otras localidades como Castelló, Burriana, Almassora o Vila-real, donde no existe un coto, por tanto, la actividad cinegética es mínima.

Para poder frenar la proliferación de urracas, el director territorial de Medio Ambiente en la provincia, Antonio García, plantea dos posibilidades. Una es la de incrementar las cajas trampa mediante la Federación Provincial de Caza y la otra, la de la cetrería «como método alternativo a las armas, ya que su uso resulta peligroso e incómodo dada la existencia de viviendas».

En este sentido, García explica que, en el caso de Nules, donde incluso desde el Ayuntamiento han requerido acciones a Medio Ambiente para mitigar la superpoblación actual, hay una propuesta firmada para autorizar a la Sociedad de Caza Deportiva Nules-la Vilavella la colocación de tres cajas trampa por persona, hasta un máximo de diez, para controlar el número existente. Actualmente, están en funcionamiento 20 de estos utensilios.

cifras // Según datos de esta entidad de cazadores, el año pasado abatieron mediante escopeta 810 ejemplares. Esta cifra se dispara hasta 1.200 en el caso de la Vall d’Uixó. «Si los datos aportados por los cazadores son ciertos, vamos a mirar a qué se debe, porque son cifras espectaculares», concreta el propio García, quien avanza que ya han encargado a un agente medioambiental un análisis de la situación por si resulta necesario crear un censo cara a averiguar los motivos que provocan que en esta zona haya tal población de urracas.

cetrería // De momento, Medio Ambiente apuesta por intentar explorar la vía de la cetrería para ahuyentar a las urracas. Se trata de una actividad cinegética con aves rapaces entrenadas, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa para la captura de especies o, simplemente, actúan para ahuyentarlas. Si se habla de esta técnica como método para acabar con la superpoblación de algún tipo de ave, Vila-real ya tiene experiencia.

El Ayuntamiento consiguió hace más de dos años ganar la batalla a los miles de estorninos que inundaban la plaza del Alguer, provocando numerosas molestias a los vecinos. El plan, que consistió en espantar a estos pájaros mediante la presencia de aves rapaces, funcionó. El Club de Cetrería Juan de Sahagún de Onda fue el encargado de aportar las dos águilas Harris, otra de cola roja y una lechuza que consiguieron ser efectivas.