El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró ayer que la exigencia del Gobierno valenciano es «la misma» que la de los ciudadanos en el servicio de Cercanías de Renfe, porque es «muy mejorable». «Nosotros también queremos que el servicio sea mucho mejor de lo que es, lo hemos exigido al Gobierno del Partido Popular y al actual, y lo vamos a continuar exigiendo», manifestó al ser preguntado por la concentración convocada para este sábado en protesta por la «insostenible» situación del servicio.

Puig aprovechó de nuevo para reclamar la gestión de estos trenes para la administración autonómica, «desde la proximidad», pero eso sí, apoyado por unas condiciones económicas y financieras razonables que sirvan para que los ciudadanos tengan «el servicio que se merecen».

La reivindicación de Puig viene después de que la plataforma de usuarios Indignats amb Renfe haya convocado una concentración en protesta por los problemas de este sistema de transporte, y con el fin de exigir un servicio puntual y con garantías, sin cancelaciones de última hora.

Durante la concentración, prevista en València para el día 14 las 12.00 horas, recogerán firmas para trasladarlas, junto a las que ya se han reunido entre usuarios del servicio, al Defensor del Pueblo bajo la reivindicación de un ferrocarril «público y digno». Este grupo de usuarios invita a otras plataformas para que se sumen a la protesta, como En defensa del ferrocarril de CGT, y a partidos políticos, según informó su portavoz, Samuel Martínez. La concentración también servirá para pedir la dimisión o destitución de los responsables de Cercanías y Regionales de Valencia, ya que atribuyen la situación de estos servicios «a la mala gestión», indican desde la plataforma.

INCIDENCIAS / Entre las afecciones que sufre el sistema de trenes de proximidad, detallan los retrasos habituales, averías y falta de personal. «Todos los días se cancelan trenes sin avisar y sobre todo en hora punta, que es cuando más usuarios hay», destaca este colectivo. Respecto a la petición de un traspaso de las competencias, aunque advierten de que podría ser «otra Renfe en pequeño, como ocurre en Cataluña».