Pasadas las doce de la noche, una vez ha finalizado el último servicio ferroviario de la jornada, el ruido de la maquinaria pesada reemplaza al de los trenes en la estación de Castelló. Por delante, algo más de seis horas de intenso trabajo antes de que la terminal vuelva a pertenecer a los viajeros a la mañana siguiente y las obras deban pasar a un obligado segundo plano, aunque sin detenerse, a fin de entorpecer lo mínimo posible al habitual tráfico de convoyes.

Ese es el dualismo que se respira en la estación de la capital de la Plana desde el 24 de julio, donde más de 50 operarios trabajan a destajo día y noche, por turnos, para completar la instalación del tercer hilo en las dos vías generales (una ya lo tiene) y en aquellas otras que lo necesiten. ¿Para qué? Para adaptar la infraestructura al corredor mediterráneo y colocar así el tercer carril, cuya implantación permitirá que en la estación puedan pasar tanto trenes de ancho convencional (o ibérico, el habitual en España), como de ancho estándar (o internacional, que es el que utilizan en Europa).

Realizarán 15 desvíos en la terminal

Adif actuará sobre más de siete kilómetros de vía, que pasará a ser mixta, en la que hará 15 desvíos (o aparatos de vía) e instalará 10.260 unidades de bloques de traviesas, para adaptar no solo la superficie ferroviaria al tercer carril, sino también las condiciones de seguridad y la catenaria.

Según las directoras de obra, los trabajos, que tienen una inversión que ronda los 9,8 millones de euros, sin IVA, están divididos en cinco fases para minimizar las molestias a los usuarios. Una vez acabe la primera etapa actual, que incide en la cabecera sur de la estación (lado València) y que estará finalizada el 4 de octubre, faltarán por hacer más intervenciones, aunque, a diferencia de ahora, no afectará a la circulación habitual de los trenes. No en vano, en estos momentos, pese a que las tareas son en verano y en su mayor parte de noche, la empresa pública debe programar «cortes extraordinarios» debido a su gran complejidad (más aún al ser en un túnel), si bien siempre mantienen activo el servicio en la vía colateral a la de las obras.

¿Por qué no hay AVE ahora mismo?

Será a partir de ese 4 de octubre cuando pueda volver el AVE a Castellón, si Renfe así lo estima oportuno. De todas formas, la línea de alta velocidad, que aún no ha sido restablecida desde el inicio de la pandemia, tampoco podría estar operativa ahora mismo, ya que las obras en la estación son «incompatibles» con su circulación, dado que hay que levantar desvíos y modificar tramos de vía por donde solía circular el AVE. «Nosotros vamos a dejar la infraestructura para que pueda pasar, pero eso ya depende del operador (Renfe)», aseguraron desde Adif.

La culminación del tercer carril en Castelló (en Vila-real, las respectivas obras acabaron a principios de julio y en Moncofa lo harán a finales de agosto) no solo beneficiará al AVE y los Cercanías, pues «permitirá aligerar problemas técnicos y de circulación porque ya no tendrán que ir a contravía o en un sentido anormal al resto de trenes», sino también a las mercancías.