En el reparto de papeles que interpretamos en el teatro de la vida, aquí, en esta página, ha aparecido en varias ocasiones el escenario de algún que otro personaje. El primero, hoy, don José Ferrandis Salvador, figura altamente representativa de una larga época de Castellón. Entre sus muchos cargos al servicio de la ciudad y la provincia, el guión lo convirtió en un Patricio. No como aquellos primeros senadores romanos citados por Rómulo, tan privilegiados, sino como aquellas personas de nuestro tiempo que, por su nacimiento, o de modo especial por sus virtudes, descuella entre sus ciudadanos. Fue un Patricio para esos niños acogidos en el Hogar Sierra Espadán o el Hogar de San Vicente en la Casa Beneficencia, grandes aportaciones del señor Ferrandis a Castellón, desde su empeño para que desde allí se convirtieran en hombres de provecho. Gente joven que al subirse con don José a La Bartola, en el Desierto de las Palmas, contemplaron a un Castellón que les ayudó en la vida. Puede que la guardería Julve Ceperuelo, les dio el primer pálpito para después, al esparcirse por la ciudad; fueran apareciendo artistas pintores, músicos, bancarios, seminaristas o kioskeros de prensa como Mario Alba, también librero.

EL MAESTRO GARCÍA // Con la vista atrás, Mario es capaz de ir recordando sucesos, hechos o anécdotas de su juventud. Siempre ha presumido de que, muy pronto, ya supo ganarse la primera recompensa con la música, gracias a la ayuda del maestro director José García Gómez (don Pepito García) que, en uno de sus encuentros en las casas de acogida, un día le preguntó si quería ser músico. El dijo que sí enseguida y lo primero que le encomendó el maestro es que tocara los platillos, tachim, tachim. Y a continuación la trompeta, cuando el chico tenía 13 años. Además de haber aprendido pronto los secretos del ritmo y el compás, a Mario se le ocurrieron muchas otras cosas. El juego de la manzana, por ejemplo. Consistía en atar una de ellas a un largo cordel para después lanzar la pieza de fruta sobre un árbol, balanceándose. Entre todos jugaban a ver quién era capaz de cogerla con la boca y atacarla con un mordisco. La clave estaba en que no tenían que comerse la mitad de la manzana de primeras. Se trataba solamente de darle un pequeño mordisco para que el juego durara toda la tarde, en un ambiente de jolgorio y de hermosa fiesta juvenil, a pesar de la sencillez del juego. La verdad es que Mario se hizo muy popular como inventor del divertido juego de la manzana.

LA VIDA // En plena guerra civil, nació Mario en Castellón el 24 de noviembre de 1937, hijo de Antonio Alba Alonso y una chica turolense de Puertomingalvo, llamada Isabel Gasque García. Siete años antes había nacido la que sería hermana de Mario y que fue bautizada como Isabel, igual que la madre. La enfermedad de la señora, fue muy difícil de soportar, por ella misma en plena guerra, y por el resto de la familia. Falleció muy pronto, a los 40 años de edad. El padre no tenía oficio fijo, trabajaba como jornalero a lo que saliera y, al morir su esposa, tuvo que dejar internado al chico en el Hogar de San Vicente. Además, también el señor Antonio igualmente enfermó, no pudo soportar el fallecimiento de su esposa y no hubo más remedio, él siempre ha dado gracias a Dios por ello, que Mario tuviera que vivir su infancia en el nuevo hogar muy bien acompañado por otros niños y por tanto, muy feliz.

A los 16 años, tuvo ya que salir del entorno en el que creció y fue acogido por los tíos Juan y Vicenta. El era Juan Ibáñez Lavernia y su esposa, Vicenta, la hermana del padre de Mario. Y gracias a la ayuda y el empeño de ellos, el chico encontró su primer empleo en los talleres de Carrocerías Prades. Ya era un hombrecito, tenía una habitación para él solo y un trabajo que le permitía tener algún durillo en el bolsillo para los normales gastos de mantenimiento y los caprichitos.

LA PAREJA // A los 24 años, Mario conoció en una de sus excursiones a Vilafamés, a una muchacha llamada Rosa María Trilles, que allí había nacido el 21 de junio de 1941, hija de Miguel y de Pilar. Después de dos años de noviazgo, yendo y viniendo tanto él como ella, tomaron la decisión de formar una pareja matrimonial, me dicen que enamorados uno del otro. En Vilafamés tuvo lugar la boda el 23 de abril de 1966. El padrino fue el prestigioso periodista Vicente Amiguet Úbeda, y la madrina la hermana de Rosa María, es decir Pilar Trilles. Dos años después, fueron padres de una niña, a la que bautizaron con el nombre de Rosa María. Pasaron cuatro años más para ser padres también de un niño “más rubio que el sol”, me dicen. Le bautizaron con el nombre de Miguel Ángel. Así que había que buscar más ingresos para cubrir todos los gastos y los Alba tomaron la decisión de hacerse empresarios, creando una comercial desde un kiosko de periódicos y revistas. Los dos tenían un ánimo fuerte para triunfar en lo que decidieran. Y comenzó la nueva aventura de comprar una pequeña planta baja, situada en la calle Mayor, ya hacia el final, cerca de la Diputación, donde estuvo un tiempo la relojería Cinto. La tienda se denominó simplemente así: ‘Mario, periódicos y revistas’.

COMERCIANTES // Tanto Mario como Rosa María, no tardaron en dominar la situación de la nueva tienda, que sufrió dos o tres traslados, después de acertar en admitir un buen dinero desde las constructoras que les obligaban a efectuar los cambios correspondientes, pero siempre con sede comercial en la calle Mayor. Mario duplicaba la jornada laboral, ya que estuvo una temporada al servicio de la Hispano de Fuente En Segures y de Productos La Piara. Los hijos de la pareja, Rosa Mari y Miguel Ángel, también se convirtieron en vendedores de periódicos, revistas y material de papelería. Una nueva tienda crearon en la esquina de la calle Mayor con Antonio Maura, que sería la actual ‘Studi’, frente a la Casa dels Caragols. Pero lo más significativo fue cuando aprovecharon la ocasión para adquirir un espacio en el Mercado Central, en el pasaje que desde la plaza Mayor conduce a la de Santa Clara y también allí crearon su tienda, que los castellonenses conocen sobradamente. Rosa Mari se había casado con Sergio Arambul y nació la nena Paula, y Miguel Ángel también contrajo matrimonio con Sonia de Haro y son padres de Miquel. Todos siguen el oficio... H