E l nuevo Plan General de Castellón inició ayer su particular maratón con la aprobación en pleno extraordinario de su versión preliminar, que se expondrá al público a partir de mediados de enero. No hubo sorpresas y, como ya avanzó este periódico, el bipartito dio el pistoletazo de salida al documento que marcará el futuro de Castellón de los próximos 20 años con el apoyo de sus socios del Pacte del Grau, Castelló en Moviment, la abstención de Ciudadanos y el PP en contra. Con un salón lleno de vecinos, y con el grueso de la documentación relativa a la ordenación estructural, en una mesa central, la alcaldesa, Amparo Marco, abrió y cerró el turno de intervenciones, calificando de «día histórico» el de ayer. «Castellón recuperará el marco legal que establece el desarrollo de la ciudad, la seguridad jurídica y la voluntad de futuro que perdió en 2008», dijo, en referencia a la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la aprobación del anterior plan, ratificada en 2012. «Llegamos aquí por la resistencia irresponsable al cumplimiento de las decisiones de la justicia», recriminó Marco.

El concejal de Ordenación del Territorio y portavoz del grupo municipal socialista, Rafa Simó, se centró en la Marjaleria. «No tenemos una varita mágica que pueda solucionar inmediatamente todos los problemas de la Marjaleria porque se han hecho muchas cosas mal durante muchos años», reconoció, pero «esta nueva ordenación propuesta elimina la creación de expectativas irreales, aparca definitivamente la especulación urbanística y proyecta un modelo de ciudad compacta y más amable», aseguró Simó.

Desde Compromís, su portavoz, Ignasi Garcia, aseguró: «Por fin, hoy decimos adiós a la especulación urbanística, adiós a la degradación del territorio, y damos la bienvenida al crecimiento cohesionado, a la protección de nuestro entorno y al crecimiento industrial realista y ordenado». «El Partido Popular ya nos enseñó su modelo de ciudad y allá donde los poderes públicos tenían que impedir la especulación, ellos prefirieron dejarse deslumbrar por el dinero fácil y las obras faraónicas», manifestó Garcia.

Desde CSeM, Xavi del Señor, recordó que su grupo «apuesta por abandonar el paradigma donde la ciudad era concebida como un tablero de Monopoly para especular» y animó a los vecinos a participar en el proceso de alegaciones y a movilizarse.

Desde CS, Vicente Vidal, dijo que «Castellón necesita un PGOU que responda a las expectativas de futuro de la ciudad, no a las de un gobierno concreto», detalló.

EN CIFRAS // El PGE califica como suelo no urbanizable protegido el 48% del territorio (5.354,59 hectáreas); como no urbanizable común el 23% (2.651,57 hectáreas) mientras que el suelo urbanizable (530,08 hectáreas) y el urbano (2.669,54 hectáreas) suman el 29% del término municipal. Esta propuesta se adapta tanto a la Estrategia Territorial de la Comuniat (2011) como al Documento de Referencia (2014).