Las denuncias por exceso de velocidad prácticamente se han duplicado en la provincia de Castellón durante este año. Solo en el primer semestre del año se impuso la friolera de 28.961, lo que contrasta con las 14.887 del mismo periodo del 2018, según datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico de Castellón.

«La velocidad es un factor de riesgo de accidente muy importante y hay que levantar el pie del acelerador», señalaba ayer la jefa provincial de Tráfico, Mercedes Peris, quien apuntaba a varios aspectos que han podido incidir en el aumento de denuncias, como la entrada en vigor del límite de 90 km/h a finales de enero en carreteras convencionales, el que haya algún cinemómetro más que en el mismo periodo del año anterior no estuviera activo o el incremento del tráfico rodado.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, califica de «inusual» y «muy importante» el alza si se compara con la evolución semestral de años anteriores, en que la media oscilaba entre los 20.921 de 2015 y los 26.558 de 2014.

Arnaldo considera que el que haya radares que hayan vuelto a estar operativos puede ser la principal causa del incremento. En ocasiones estos están un tiempo sin funcionar por avería o revisión y, cuando vuelven a ponerse en marcha ello incide en un alza de las sanciones.

Arnaldo tampoco descarta que haya podido influir el límite a 90 km/h. «Ya advertimos que iba a elevar las sanciones», señaló.

La norma que fija en 90 km/h el máximo en carreteras convencionales afectó a viales como la N-225, N-232, N-234 y N-340. La realidad es que muchos conductores no lo están respetando, como ha comprobado este rotativo.

FACTORES DE RIESGO

La jefa provincial de Tráfico explica que la velocidad inadecuada es, junto a la distracción y el consumo de sustancias que merman las capacidades de conducción, los aspectos que más preocupaban en verano. Señala que no solo hay que evitar exceder los límites, pues la velocidad inadecuada es otro factor de riesgo, junto a las distracciones y el consumo de sustancias. Además, advierte que en verano hay que tener en cuenta los riesgos por fatiga en desplazamientos largos, pero también el exceso de confianza en aquellos trayectos cortos en segundas residencias que, por habituales, pueden hacer que bajemos la guardia y en los que podemos encontrar retenciones. En estío se multiplican los movimientos por vía convencional a localidades cercanas que comparten ciclistas, motoristas o, incluso, peatones, lo que lleva a tener que extremar la precaución.

No obstante, para Automovilistas Europeos la existencia de los radares no se está demostrando eficaz desde la perspectiva de la reducción de accidentalidad, aunque sí desde el punto de vista recaudatorio y apunta que medidas más útiles serían la mayor presencia física de los agentes en las carreteras; una mayor inversión en carreteras y la gratuidad de la autopista.

13 RADARES FIJOS Y 26 MÓVILES

Tanto el exceso de velocidad como el consumo de alcohol y drogas serán objeto de campañas especiales de vigilancia durante el verano. En la provincia existen trece radares fijos y 26 puntos de control móviles, según informa la Dirección General de Tráfico en su página web. La N-340, la AP-7, la N-232 y la CV-18 son las que más cinemómetros tienen vigilando. También se hacen controles de velocidad por aire, a través del helicóptero Pegasus. Por el momento, los drones se están usando para la ordenación del tráfico, tal y como explicó la directora provincial de Tráfico, Mercedes Peris.

DENUNCIAS POR ALCOHOL Y DROGAS

Asimismo, durante el primer semestre del año se impuso una media de 3,5 denuncias al día por positivos en alcohol y drogas. En concreto, en la provincia de Castellón se impusieron 644 de enero a junio del 2019. Aun así, son casi un centenar menos que hace un año, ya que en el mismo periodo del 2018 fueron 743.

CONDENAS SEGURIDAD VIAL

Ayer se conoció también que la Comunitat registró en 2018 un total de 10.779 condenas por delitos relacionados con la seguridad vial. En España fueron 89.264 y de ellas 56.173, la mayoría, fueron por conducción bajo la influencia de alcohol y drogas, que se incrementaron durante el año pasado.