Las fritas y esmaltes cerámicos han sido incluidos de nuevo por la Comisión Europea en la lista de «fuga de carbono» para la próxima década (2021-2030). Este reconocimiento permitirá a las empresas ahorrar en torno a 112 millones de euros, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc).

La Comisión libera al sector de asumir la compra integral de derechos de emisión de CO2, al reconocer el riesgo de deslocalización si tuviera que afrontar ese gasto. No obstante, deberán continuar realizando inversiones en eficiencia energética para ir reduciendo paulatinamente las emisiones. En ese sentido, las empresas ya han presentado la documentación requerida por el Ministerio, y están ahora a la espera de que la Unión Europa concrete la nueva normativa para el desarrollo del plan, con el fin de tener una idea clara sobre las condiciones de la próxima etapa.

Joaquín Font de Mora, presidente de la Anffecc, valora la labor de la asociación en este proceso. «Conseguirlo ha supuesto un trabajo muy importante porque somos un sector muy especializado y pequeño en Europa», explica. Pese a que las fritas y esmaltes españolas siguen siendo líderes mundiales por su calidad e innovación, poder contar con los derechos de emisión gratuitos es importante para combatir la competencia en países emergentes donde los costes de energía y mano de obra son mucho más bajos, y además en esos países no existe la obligación de implementar medidas de protección medioambiental.