La devaluación del yuan chino, que a principios de la pasada semana se situaba a niveles no vistos desde el año 2008, representa una clara amenaza para el azulejo de Castellón. Una consecuencia directa de la pérdida de valor de la moneda de la República Popular China es que sus potentes empresas podrán exportar productos con mayor facilidad, pues el precio para sus proveedores será más atractivo.

El gigante asiático es ya el primer productor mundial de cerámica, y eso que sus fábricas no producen a pleno rendimiento por falta de demanda. En este sentido, su producto, ya muy competitivo en cuanto a precio, todavía lo es más en el futuro próximo, con lo que algunos mercados podrían optar por importar desde China en lugar de hacerlo desde Castellón.

De hecho, y en el contexto del brexit, las empresas del Tile of Spain ya temen que si España se convierte en un país tercero sin acuerdo comercial con Reino Unido, ese mercado sea presa fácil para las firmas chinas o indias. Ello obliga al sector, en palabras del presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu, a buscar «alternativas de mercados estratégicos», especialmente si la desconexión se produce sin acuerdo.

La parte positiva es que, si las relaciones entre China y Estados Unidos van a peor, sería más fácil para las firmas provinciales seguir con su conquista del mercado norteamericano, el que más crece en los últimos tiempos.