Si España sigue estando lejos de Italia en un aspecto es el de los precios. El presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, explicó que la distancia entre ambos países desciende «poco a poco», pese a que las empresas de Castellón recuperan parte del terreno. En concreto, el Tile of Spain vende cada metro cuadrado a un precio medio de 6,7 euros, mientras las empresas transalpinas superan los 13 euros gracias a una política de márketing que, según Nomdedeu, les permiten «vender muy por encima del precio de coste del producto».

El precio que cobran las empresas de Castellón ha crecido «mínimamente» gracias al incremento de los formatos que permite la innovación. Esto se explica porque a las baldosas con tamaños habituales es difícil aplicarles políticas de precios agresivas, mientras que en el caso de formatos más arriesgados permiten, según el dirigente patronal, «escapar de la lucha por los precios» y disputar su valor de mercado en el campo del valor añadido.

Con todo, desde Ascer buscan dejar de referirse a Italia como un competidor y, cada vez más, se ve al sector transalpino como un aliado europeo frente a un entorno global donde países como China, India o Vietnam realizan nuevas formas de dumping en apartados como la energía, el empleo o la contaminación. Por ello, construir un lobi potente frente a las administraciones, en particular en la Unión Europea, se presume clave en el futuro más próximo para la principal industria de Castellón.