Los directores de Primaria de Castellón se plantan en bloque contra la reválida de 6º que impone la ley de mejora de la calidad educativa (LOMCE) y optarán por acogerse a la propuesta del conseller de Educación, Vicent Marzà, de hacer un informe individualizado de cada alumno en una evaluación continua final, evitando los exámenes.

Su portavoz, Alejandro Badenes, señala que el 99% de los directores “lo apoya, aunque es el consejo escolar de cada centro el que tiene la última palabra”. El profesorado no está, dice, por la labor de someter a los alumnos de 11 y 12 años, en un final de curso a tope, a una prueba sobre la que, desde un primer momento, se han mostrado contrarios.

Badenes argumenta que “el conseller ha puesto sobre la mesa dos posibilidades: un examen alternativo a la reválida que propone el Ministerio, para el que nos distribuirán varios modelos; o el informe, y esto es lo que queremos, cumpliendo con los requisitos que marca la ley, de obligado cumplimiento”. “Al fin y al cabo --señala--, el resultado no tiene valor académico sino orientativo y a los padres lo que les importa es ver en qué nivel está su hijo”.

baremo todo el año // “Un examen extraordinario es innecesario --incide el portavoz de los directores de Primaria--, porque las competencias que quiere medir se bareman mejor y con más profundidad en la evaluación ordinaria, donde el tutor valora el trabajo de su alumno todo el año”.

La reválida, ahora voluntaria, es un examen de dos días, con unas 200 preguntas, que debe ejecutarse del 7 al 17 de junio. Es, según los directores, una “época difícil, tanto para los alumnos, que tienen los finales de cada asignatura, y que se juegan el paso a la ESO, como para los equipos directivos, que ya tenemos mucha carga este curso. A este informe individualizado de cada alumno por ley, se suma la segunda fase del Xarxa Llibres, con la creación del banco de libros, el final de año y la planificación... Mucha carga para todos”. H