Ernest Blanch, elegido líder provincial del PSPV hace apenas siete días, consciente de la cercanía de las elecciones del 2019, no esperará al final de los procesos internos y prevé poner iniciar el camino para la confección de las listas en las próximas semanas. Lo hará, dice, contando con todos, porque en su partido «no sobran manos para trabajar».

--Su ejecutiva ha obtenido un respaldo sólido, del 76,3% de los delegados en el congreso, con 155 votos a favor. ¿Cómo interpreta los 48 en blanco restantes?

--De los tres congresos provinciales celebrados hasta la fecha, este es en el que mayor nivel de respaldo ha obtenido la ejecutiva, lo que refleja el nivel de aceptación que tiene nuestra estructura y la importancia de haber determinado con carácter previo quién ocupaba secretaría general, lo que ha facilitado llegar a un congreso sin desavenencias sustanciales. Es evidente que alguien puede sentir que podía haber estado en la ejecutiva, pero lo bueno del sistema es la imposibilidad de que nadie alegue vetos ni similares, y que el listado de la ejecutiva que votan los delegados es el equipo que propone el secretario general. Visto el resultado, a todas luces positivo, toca ahora entender las posibles frustraciones generadas, y continuar trabajando en la configuración de los equipos. En nuestro partido no sobran manos para trabajar.

--Usted siempre ha defendido la integración, ¿cree que es posible esa integración con el sector de José Benlloch, sin haberle ofrecido un puesto en la permanente de la ejecutiva?

--Hasta el último momento, en el propio congreso de Almenara, se mantuvo en pie nuestro ofrecimiento a José Benlloch y a Pep Lluís Grau para que se incorporaran personalmente en la ejecutiva provincial. La no inclusión de los dos solo se puede entender en términos de su libre y absoluta voluntariedad, que debo respetar escrupulosamente. No obstante, es público que se integró gente vinculada a su candidatura y que ocupan puestos de gran relevancia en el equipo, lo que les coloca de forma automática en lo que se conoce como permanente de la comisión ejecutiva. En cualquier caso, hasta el plenario del mes de enero no se aprobará el reglamento de funcionamiento interno ni se constituirá formalmente esa estructura de permanente.

--La dirección amplia incluye 60 nombres, el doble de miembros que la anterior. ¿Sigue la estela de Ximo Puig para el PSPV?

--Las decisiones que toma Ximo Puig a nivel de País crean cierta escuela porque se ha demostrado que su criterio da buenos resultados. No voy a ocultar que soy seguidor de esta escuela en algunos casos, y más siendo de Morella (risas). Independientemente de ello, el paralelismo en la estructura y las secretarías a ambos niveles era un objetivo, que nos puede facilitar el trabajo. El tiempo será el que determinará si ha sido un acierto.

--¿Qué claves distinguen su modelo de trabajo del de la anterior dirección del partido en la provincia?

--Es evidente que desde el último congreso provincial en 2012 el mundo no es el mismo. Hemos de conjugar dos discursos muy bien definidos: el del nuevo socialismo de Pedro Sánchez y el autonomista y cercano a los problemas de los ciudadanos de esta Comunitat que representa Ximo Puig. Son dos planteamientos perfectamente compatibles y vamos a trabajar con todas las herramientas a nuestro alcance para crear un proyecto reconocible y cercano a los problemas de esa sociedad a la que servimos. Además, queremos coger el testigo del inconformismo y el dinamismo permanente del anterior secretario provincial, algo que es todo un reto y un orgullo personal.

Conozco este partido, sus comarcas y las gentes de sus pueblos. Es el momento de dar un paso más para la renovación y mejora de las estructuras. Los nuevos tiempos demandan más energía colectiva, equipos que sumen y responsabilidades compartidas. Es el momento del recambio en el PSPV de este territorio, y no podíamos desaprovechar la ocasión, para constituirnos en la clara alternativa de izquierdas, moderna, republicana y federalista a tantos años de ineficiencia y abandono del PP.

--¿Se ha reunido ya con el nuevo portavoz en la Diputación?

--Sí, antes y después de su designación. Y hemos coincidido en que nos tenemos que sentar con todo el grupo socialista para que los diputados y diputadas trasladen al secretario general y a su equipo su sentir y opinión sobre el periodo de la legislatura cubierto y las perspectivas o propuestas que puedan tener hasta finalizarla. Es la premisa para continuar un trabajo coral y bien coordinado entre partido e institución.

--Ahora se pone en marcha la renovación en las comarcas. ¿Cómo espera que se desarrollen los congresos? ¿Habrá consensos?

--El consenso debe ser, una vez más y como es deseable, la tónica de construcción de todos los proyectos. Me siento orgulloso e identificado con la primavera democrática que ha llegado al partido en los últimos meses con la vuelta a la secretaría general de Pedro Sánchez. Los procesos abiertos en Madrid y Elche se deben aplicar a los territorios con el máximo consenso, eliminando los vicios de la vieja política, y estoy seguro de que en las comarcas elegirán a los y las mejores secretarios y secretarias para sus territorios.

--Después vendrán los locales y el proceso acabará en primavera. ¿Habrá tiempo para afrontar las elecciones del 2019 con buenas expectativas para el PSPV?

--Debemos reflexionar si en próximos procesos podemos aplicar, sin que ello suponga el más mínimo menoscabo de los derechos y garantías de la militancia, elementos de eficiencia que eviten la sensación de agotamiento y desgana que provocan estos procesos excesivamente largos, y que además generan la imagen equivocada de que en el Partido Socialista pasamos demasiado tiempo mirándonos el ombligo.

En las próximas semanas se constituirá la comisión de extensión de listas electorales, que se dedique desde el primer día a trabajar el territorio con el objetivo de ofrecer los mejores equipos y personas para su gestión. No podemos esperar más, y creo que la sociedad a la que nos debemos, tampoco.

--¿Dónde sitúa sus objetivos para esas elecciones?

--Ganar gobiernos donde no los tenemos a nivel local, comarcal y provincial, así como aumentar y consolidar mayorías y los gobiernos socialistas donde ya se tiene responsabilidad de gobierno. Es la obligatoriedad moral y política que se nos puede exigir.