La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc) abre otro frente relacionado con la medida de paralizar las actividades económicas no esenciales, decidida por el Gobierno para evitar nuevos contagios por coronavirus. Esta organización reclama la posibilidad de poder emprender, aunque sea a pequeña escala, la producción en el caso de que este paréntesis dure más allá de lo inicialmente previsto.

Anffecc detalló ayer que esta industria «cuenta de momento con un nivel de estoc que permitiría aguantar y servir pedidos durante unos días, pero la situación resultará difícil de mantener si el confinamiento se prolonga». Lo justifican porque en la elaboración de fritas y esmaltes el nivel de almacenaje es pequeño: «En el caso de los compuestos, estos se producen, normalmente, contra pedido, de ahí que necesitemos poder seguir fabricando para atender a nuestros clientes».

La patronal afirmó que solicitará a las autoridades que les «permitan, si la situación se alarga, una producción mínima, con un porcentaje muy reducido de plantilla, para poder dar servicio, cumplir con los compromisos contractuales y no perder clientes». Algo que según apuntaron, es «esencial» para poderse «mantener», en esta coyuntura económica tan delicada. De paso, recordaron el cumplimiento de las empresas de todos los protocolos «para evitar la propagación del virus, medidas que han resultado ser totalmente eficaces».

POSIBILIDADES / El clúster azulejero ya luchó el pasado fin de semana para aliviar el cerrojazo de la industria. Gracias a ello, los empresarios consiguieron mantener los envíos comprometidos con sus clientes, así como personal de mantenimiento en procesos tan complejos como el control de temperatura de los hornos.

Para el caso que propone Anffecc existiría una brecha legal, y es una nota emitida por la Conselleria de Economía, en la que aclara dudas sobre el real decreto Ley 10/2020. Según esta interpretación --similar a la de otras comunidades-- se entiende por actividad mínima «aquella que posibilite a la empresa mantener un estado interno óptimo y producción su?ciente, y que permita evitar situaciones traumáticas (pérdida de los pedidos, sanciones por incumplimientos contractuales, etc), que pudieran desembocar en el cierre».

Un documento que fue criticado por el secretario general de CCOO-PV, Arturo León, al considerar que puede «suponer un coladero para que sigan abiertas muchas empresas». En el caso de las esmalteras, sería solo en el caso de alargarse el cierre.