Con los preparativos ya en marcha para la celebración a lo grande en el 2017 del 300º aniversario del copatronazgo de Sant Blai sobre la ciudad de Castellón, la calle que lleva el nombre del obispo armenio de Sebaste, vivió ayer su fiesta grande, convirtiéndose en la gran jornada de exaltación de les festes de carrer.

Y es que si hay una fiesta de calle veterana en la capital de la Plana y que reúne tradición, solera y abolengo es, precisamente, la de la calle Sant Blai, donde se disfrutó plenamente de una jornada que se convierte todos los años en la consagración de la exaltación de les festes de carrer, las celebraciones populares que reúnen a los vecinos de los viales más entrañables y céntricos del Castellón de soca. Del de siempre.

Así, y en un cortejo de representaciones, se realizó en la mañana de ayer el traslado procesional de la imagen del copatrón desde el domicilio de los clavarios, este año María Lidón Gomis Montañés y José Luis Rubio Cervera.

Participaron, entre otros, delegaciones de la Junta de Festes, con la reina y damas, a la cabeza; la Germandat dels Cavallers de la Conquesta; Gaiata 4, L’Armelar; Gaiata 5, Hort dels Corders; Moros d’Alqueria; Asociación de Vecinos del Raval de la Trinitat; muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre; Real Cofradía de la Mare de Déu del Lledó y Hermandad de Paz y Caridad, lo que habla de la importancia de esta fiesta en el ámbito ciudadano.

CON LA ‘TORNÀ’ // Tras la eucaristía en el templo trinitario, en la que Josep Miquel Francés, prior de Lledó, como oficiante de la liturgia, recordó los 1.700 años del martirio del obispo armenio, tuvo lugar la ceremonia de exaltación de las fiestas de calle, con parlamento de las autoridades, nombramiento del Blaier d’Honor, título que recayó en Maruja Montañés Ortiz, y la interpretación de la Marxa de la Ciutat.

Una vez entrada la noche, se celebró la tradicional tornà a casa del nuevo clavario, pensando ya en las celebraciones del proximo año 2017. H