La sede del Colegio de Arquitectos de Castellón acogió ayer una charla debate sobre el casco histórico de la capital de la Plana, con la participación de Miguel Corominas y Ricard Fayos, expertos en urbanismo. Ambos explicaron el proceso de intervenciones llevado a cabo en el centro de Barcelona en las últimas décadas, y apuntaron algunas mejoras que podrían aplicarse al casco histórico de Castelló. Entre ellas, la creación de «tres o cuatro plazas pequeñas» y «mantener al menos un 50% de las viviendas del centro para uso familiar», una medida «importante», con el fin de evitar la degradación de la convivencia en esta zona de la ciudad.

Así se expresó Corominas, preguntado por los asistentes a la charla, englobada en los actos organizados por el Colegio durante la semana de la arquitectura. «Sería interesante», dijo, «buscar un mecanismo para no perder el control social del espacio, y eso se consigue si la gente sigue viviendo allí». Puso como ejemplo que en el Ensanche de Barcelona hay un 55% de viviendas de uso familiar por un 73% en la zona metropolitana. «Es importante que no baje del 50%», incidió.

Corominas echó en falta «espacio público doméstico» en el casco histórico, y recomendó crear «tres o cuatro plazas pequeñas que permitan dar a la zona un carácter más residencial». Además, reconoció que le había causado «sorpresa» encontrar pavimentos tan diferentes entre sí.