Paralizado. Así está el ambicioso plan provincial para combatir los mosquitos impulsado por la Diputación de Castellón, con una inversión de más de un millón de euros. El motivo se debe a la falta de autorizaciones por parte de algunas localidades. Y es que algunos ayuntamientos todavía no han remitido a la institución provincial su visto bueno para que los técnicos puedan intervenir dentro de su término municipal. Por tanto, esta iniciativa, que fue presentada de forma oficial hace un mes, todavía no ha podido echar a andar, a pesar del problema que suponen estos dípteros por las molestias y quejas vecinales que generan. Y es que el tiempo apremia, teniendo en cuenta que ha empezado el verano, la época del año en la que estos insectos hacen estragos, como sucedió en ejercicios anteriores.

El alcalde de Nules, David García, explica que los medios de Diputación «no se han visto todavía por la localidad», al igual que ocurre en Burriana, como informa su alcaldesa, Maria Josep Safont, quien remarca que ellos remitieron a la Diputación la autorización para poder realizar tratamientos en el municipio. Por su parte, el alcalde de Moncofa, Wenceslao Alós, lamenta que el plan no se haya podido poner en marcha por culpa de aquellos ayuntamientos que todavía no han dado su beneplácito. Y es que el programa de Diputación prevé actuar en toda la provincia de norte a sur y de este a oeste, haciendo especial hincapié en los humedales y marjales de la zona litoral, donde se concentra la problemática al ser los principales focos de reproducción. Para ello, sacaron a concurso el plan en tres lotes, norte, centro y sur, y fueron adjudicados semanas atrás, después de registrarse un retraso en el proceso debido a la baja temeraria encontrada en la documentación que presentó una de las empresas que concurrió a la convocatoria.

Medios aéreos

Estos tratamientos deben ser complementarios a los de los consistorios, que siguen realizando controles en la zona urbana. Sin duda, un punto clave en la lucha contra los mosquitos que prevé el plan de la Diputación, que todavía no se ha puesto en marcha, es el que hace referencia al uso de medios aéreos, con tres helicópteros y 18 drones, en caso de que haya que realizar fumigaciones desde el aire. Además, los drones también tienen una función preventiva porque son capaces de acceder a zonas húmedas y registrar si hay presencia de larvas.

De todos modos, para el uso de los helicópteros es necesario que los ayuntamientos cuenten con una autorización previa de la Conselleria de Sanidad y que esta considere la plaga como un problema de salud pública, ya que rechaza de forma frontal las fumigaciones aéreas con carácter preventivo, como están reclamando algunos ayuntamientos.