Hay indicadores que aseguran que el crecimiento económico empieza a pisar el freno, pero esos síntomas no llegan a los ingresos fiscales. Al menos, de momento. Los caudales públicos continúan brillando y el dinero que las familias y empresas de Castellón pagan en concepto de impuestos ha vuelto a crecer otro 4,5%. Y lo llamativo es que lo ha hecho por quinto año consecutivo. El Estado vuelve a frotarse las manos y ya recauda en Castellón el doble que hace un lustro.

Durante los once primeros meses del 2018, el Estado ingresó en la provincia 1.048 millones de euros gracias a tributos como el IRPF, Sociedades, IVA o Impuestos Especiales, según el balance que acaba de hacer público el Ministerio de Hacienda. Esos algo más de 1.000 millones suponen un incremento de 45,5 millones más que el año anterior y la cifra más abultada desde el 2008, cuando el Estado ingresó en la provincia 1.223 millones.

En aquella época, la Gran Recesión solo era un fantasma y la provincia vivía con despreocupación, ajena a la crisis económica que estaba a punto de estallar, un crack que dejó las paredes de las arcas públicas totalmente desconchadas. A partir de aquel año todo fue cuesta abajo y los ingresos cayeron en picado hasta 2014, cuando la mala racha acabó y la recaudación vía impuestos empezó a subir.

Los ingresos fiscales crecen y crecen en Castellón y lo hacen gracias a la recuperación económica. Eso explica por qué el IRPF, el primer impuesto en importancia en España, encadena varios años de fuertes aumentos, a pesar de que en Castellón aún faltan casi 39.000 trabajadores respecto a la época del boom inmobiliario. Un dato. Durante los nueve primeros meses del 2018, el Estado ingresó por IRPF en Castellón 597,9 millones de euros, un 7,6% más que en el mismo periodo del año anterior y prácticamente la misma cantidad que en el 2008.

Entonces, ¿cómo se explica que se recaude prácticamente lo mismo que hace una década si todavía hay menos profesionales trabajando? La causa hay que buscarla, básicamente, en que las rentas por pensiones son ahora mucho más altas. En Castellón hay 10.000 jubilados más que hace diez años y cobran, de media, más que entonces. O lo que es lo mismo: los jubilados que se incorporan ahora al sistema perciben una pensión más generosa y, por lo tanto, tributan más.

EL IVA TAMBIÉN SUBE //

Otra causa que explica el gran momento que vive la recaudación de impuestos del Estado en Castellón está en la aportación del IVA, el tributo que grava el consumo. Las subidas de tipos aprobadas en el 2010 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y posteriormente en el 2012 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy elevaron el tipo general al 21% y dispararon los ingresos del principal impuesto indirecto a pesar de la caída del consumo, que, aunque ya se ha recuperado, todavía no alcanzado los valores de antes de la crisis. La aportación de este tributo ascendió el año pasado a 141,4 millones de euros (datos hasta noviembre), un 7,2% más que en el mismo periodo del 2017. El alza del total nacional es del 9,3%. Lo que también sube es la recaudación por el impuesto de Tráfico Exterior, que mejora su contribución un 12,4%, hasta los 12 millones.

La recaudación crece, pero no todos los impuestos dan las mismas alegrías a las arcas del Estado. La figura que grava los beneficios empresariales sigue cuesta abajo y es la única que todavía no ha abandonado los números rojos. Hasta noviembre, Hacienda ha ingresado en la provincia 257,7 millones de euros gracias al Impuesto de Sociedades, un 2,2% menos que en igual periodo del ejercicio anterior. Existen varios motivos que lo explican. El primero de ellos son las deducciones a las que pueden acogerse las empresas. El segundo, es que los beneficios de la mayoría de ellas siguen siendo mucho menores que los de hace diez años.

El Estado vuelve a frotarse las manos y todo apunta a que este año volverá a hacerlo. El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha hecho números y, nivel nacional, prevé un aumento récord de la recaudación. En concreto, espera ingresar 328 millones de euros más vía IRPF, 1.500 millones a través del Impuesto de Sociedades, 850 millones a partir de las transacciones financieras, 1.200 millones con el nuevo Impuesto para Servicios Digitales y 339 gracias Impuesto de Patrimonio.